Durante casi un siglo, la penicilina ha sido un pilar fundamental en la medicina, combatiendo una amplia gama de infecciones bacterianas y salvando vidas. Su capacidad para eliminar bacterias la convierte en un tratamiento eficaz para afecciones como la faringitis estreptocócica, las infecciones de oído y las infecciones del tracto urinario.
Sin embargo, no todas las personas se benefician de este medicamento milagroso.
Algunas personas experimentan reacciones alérgicas a la penicilina, lo que significa que su sistema inmunológico identifica erróneamente al antibiótico como una amenaza y lo ataca. Estas reacciones pueden variar en severidad, desde leves hasta potencialmente mortales.
Síntomas de una alergia a la penicilina:
- Reacciones cutáneas: erupción, urticaria, picazón, enrojecimiento o ampollas.
- Síntomas respiratorios: sibilancias, dificultad para respirar, tos o congestión nasal.
- Síntomas digestivos: náuseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal.
- Hinchazón: hinchazón de la cara, labios, lengua o garganta.
- Anafilaxia: una reacción alérgica grave y potencialmente mortal que puede provocar dificultad para respirar, una caída brusca de la presión arterial, pérdida del conocimiento y shock.
Según el alergólogo Dr. Puneet Shroff de Banner – University Medicine, menos del 1% de las personas son realmente alérgicas a la penicilina, aunque alrededor del 10% de las personas creen que la tienen.
Existen varias razones por las que las personas pueden creer erróneamente que son alérgicas a la penicilina:
- Efectos secundarios comunes: En el pasado, las personas experimentaron efectos secundarios como erupciones cutáneas, malestar estomacal o diarrea al tomar penicilina, que son efectos secundarios comunes de los antibióticos y no necesariamente una alergia.
- Alergia infantil: Algunas personas tuvieron una erupción causada por la infección que estaban tratando cuando eran niños y les dijeron que eran alérgicas a la penicilina, pero nunca se les evaluó adecuadamente.
- Alergia familiar: Las personas pueden creer que son alérgicas a la penicilina porque un familiar la tiene.
- Alergia desaparecida: Algunas personas tuvieron una alergia a la penicilina que desapareció con el tiempo.
Si cree que puede ser alérgico a la penicilina, es importante que lo hables con el médico.
Pruebas para determinar si realmente se es alérgico
El alergólogo puede realizar pruebas para determinar si realmente tiene alergia a la penicilina.
Estas pruebas pueden incluir:
- Pruebas cutáneas: Se inyecta una pequeña cantidad de penicilina debajo de la piel y se observa si hay reacción.
- Pruebas de sangre: Se analiza la sangre para detectar anticuerpos contra la penicilina.
- Prueba de provocación oral: Se toma una pequeña dosis de penicilina por vía oral y se observa si hay reacción.
Si las pruebas muestran que no eres alérgico a la penicilina, es importante que se actualice tu expediente médico para que puedas recibir penicilina en el futuro si la necesita.
Es importante recordar que la penicilina es un antibiótico seguro y eficaz que puede salvar vidas.
Evitar la penicilina innecesariamente puede limitar sus opciones de tratamiento para infecciones bacterianas graves.
¿Qué pasa si tienes alergia a la penicilina?
Es bueno saber que no eres alérgico a la penicilina. Pero ¿qué pasa si las pruebas demuestran que sí lo eres? Todavía hay muchos antibióticos que pueden funcionarte. Si necesita uno, puedes hablar con tu médico sobre cuál podría funcionar mejor y con el menor riesgo de efectos secundarios.
Las opciones incluyen:
- Macrólidos como azitromicina y claritromicina.
- Fluoroquinolonas como levofloxacina y ciprofloxacina
- Tetraciclinas como doxiciclina y minociclina.
- Cefalosporinas como cefalexina y otras.
Si crees que eres alérgico a la penicilina, considera someterte a una prueba médica para confirmarlo. Este medicamento es seguro y efectivo para la mayoría, por lo que conocer tus opciones antes de descartar la penicilina puede ser beneficioso. Habla con tu doctor para obtener más información y tomar la mejor decisión para tu salud.