¿Cómo se comunica el cerebro con el resto del organismo?
El hipotálamo está formado por un conjunto tan pequeño de células cerebrales que los científicos no se dieron cuenta cabal de su importancia hasta la década de 1960. Aparentemente, este órgano es el que registra la información sobre las condiciones en que se encuentra el cuerpo y el principal coordinador de las relaciones entre el sistema nervioso y el endocrino; puede considerársele, por lo tanto, como el intermediario entre el cerebro y el resto del organismo, el mecanismo con que cuentan para comunicarse uno con otro.
Los mensajes que llegan o parten del cerebro pasan por el hipotálamo, que “toma nota” no solamente de las sensaciones de las que estamos conscientes, como la belleza de una puesta de sol, la picadura de una abeja o la delicia de un aroma, sino también de la información que no llega a la conciencia, como el nivel de hormonas en el torrente sanguíneo o la concentración de nutrientes en los tejidos.
Para responder a los mensajes que recibe sobre las condiciones internas del organismo, el hipotálamo se vale muchas veces de la hipófisis, una glándula endocrina suspendida por debajo de él con la que se comunica a través de las hormonas que produce o por medio de impulsos nerviosos. La hipófisis responde a las órdenes del hipotálamo segregando sus propias hormonas, que se vierten a la sangre y llevan el mensaje a los diversos tejidos, incluso a otras muchas glándulas endocrinas. Cuando el hipotálamo recibe la información de los ajustes fisiológicos que han hecho las hormonas siguiendo sus órdenes, el circuito se cierra.
A pesar de la importancia del hipotálamo, la comunicación entre el cerebro y el resto del organismo puede hacerse sin su intervención. En casos de emergencia, el sistema simpático se encarga de estimular directamente a las glándulas suprarrenales para hacerlas segregar adrenalina y noradrenalina, y él mismo descarga sustancias similares a través de las terminaciones nerviosas.
¿Por qué se dice que la hipófisis es la glándula maestra?
La hipófisis, que se encuentra en la parte media del cráneo a la altura del puente de la nariz, no es mayor que un chícharo y sin embargo se la ha considerado como “el director de la orquesta endocrina”. No cabe duda de que esta glándula constituye un vínculo crucial entre el sistema nervioso y el endocrino, que produce muchas hormonas distintas y que influye en procesos muy importantes como son el crecimiento, el metabolismo, el desarrollo sexual y la reproducción, pero no ejerce esta enorme influencia por cuenta propia. El verdadero maestro del sistema endocrino es el hipotálamo, a cuyo servicio está la hipófisis.
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