¿Cómo se convirtió el teatro de variedades en un espectáculo respetable?
Uno tras otro, los carruajes se detenían frente al teatro de variedades recién adquirido por Tony Pastor en la calle 14 de Nueva York.
Uno tras otro, los carruajes se detenían frente al teatro de variedades recién adquirido por Tony Pastor en la calle 14 de Nueva York. Los pasajeros descendían y se sumaban a la muchedumbre congregada a la entrada. Los hombres conducían a sus familias hacia el patio de butacas, brillantemente iluminado y animado por el runrún del expectante gentío y por el sonido de los instrumentos que la orquesta estaba afinando.
Las luces se amortiguaron y un redoble de tambores indicó que el espectáculo iba a comenzar. Un tablón junto al escenario anunciaba los diversos números, que empezaron a sucederse con rapidez: una pantomima acrobática, un dúo de comediantes, un número de baile, un monólogo humorístico y una atractiva pareja de cantantes.
Era el 24 de octubre de 1881, el día en que Tony Pastor inauguraba el primer vodevil ?respetable? de Estados Unidos.
El público disfrutaba con el espectáculo y acudía en masa al teatro. Eran personas decentes y bien vestidas: maridos del brazo de sus mujeres e hijas, jóvenes con sus novias. Según decían, era el tipo de espectáculo al que cualquier muchacho podía llevar a su padre.
El término ?vaudeville?, introducido en Estados Unidos por los inmigrantes franceses y quizá derivado de vau o val de Vire (un valle de Normandía famoso por su música folclórica), se aplicó por vez primera a los espectáculos de variedades en la década de 1870.
Estos coloristas espectáculos se componían de números picantes y piezas cortas de teatro subidas de tono, que se representaban para un público exclusivamente masculino y aficionado al alcohol. Pero Pastor se propuso renovar el vodevil y hacerlo aceptable para ambos sexos.
Pastor era un tenor con un repertorio de unas 1,500 canciones, muchas de las cuales decía haber compuesto él mismo. Se había criado en la tradición de los espectáculos de variedades itinerantes que se representaban en bares de mala muerte con una clientela exclusivamente masculina. La mayor recaudación procedía de la venta de bebidas alcohólicas y las artistas también hacían las veces de camareras.
Las compañías recorrían todo el país y sus actuaciones se prolongaban hasta el amanecer, o hasta que los clientes dejaban de consumir bebidas. Incluso en algunos teatros más serios de ciudades importantes como Nueva York, a veces parecía que el bar atraía más público que el espectáculo.
A comienzos de 1860, cuando Pastor hizo su debut, las variedades se habían hundido hasta ?las profundidades de la depravación?, según sus propias palabras. Pero emprendió una campaña de renovación dirigiendo una serie de teatros de Broadway, entre ellos su ?buque insignia?, la Tony Pastor?s Opera House, donde las actuaciones groseras estaban prohibidas y no se permitía fumar ni beber.