En 1661, el joven rey de Francia, Luis XIV, visitó Vaux, la magnífica finca del ministro de finanzas, Nicolas Fouquet. El rey salió a pasear por los elegantes jardines y admiró los centenares de fuentes que lanzaban majestuosamente sus surtidores al aire.
Se sentía maravillado e impresionado, pero también indignado. ¿Cómo un plebeyo osaba hacer semejante alarde de ostentación ante el rey? Él, como rey que era, se encargaría de poner al advenedizo en su lugar construyendo el mayor palacio y los mayores jardines de la Tierra en su rincón favorito, un pequeño pabellón de caza situado en Versalles, a 18 km al suroeste de París.
A las tres semanas, Fouquet había sido arrestado, acusado de malversación de fondos públicos, y sus consejeros, el arquitecto Louis Le Vau, el pintor Charles Le Brun y el diseñador de jardines André Le Nôtre, eran contratados por el rey.
Versalles no contaba a la sazón con más gloria que el pabellón de 20 habitaciones construido por el padre de Luis XIV en 1624. En lo sucesivo albergaría además unos jardines similares a los de Vaux, pero a mayor escala. Se proyectó la construcción de más de 1,000 fuentes, con magníficas cascadas y estanques. Pero había un gran obstáculo: la finca se hallaba sobre un terreno elevado y el curso de agua más cercano resultaba insuficiente para una obra tan ambiciosa.
Pese a todo se construyeron cerca de 1,400 fuentes, 600 de las cuales aún se conservan. Para ello fue necesario cambiar el curso de agua natural y llevarla hasta un embalse situado junto al pabellón, mediante bombas accionadas por caballos y ruedas de molino.
Cuando las dos bombas adicionales construidas para aumentar las reservas de agua se mostraron insuficientes, el ingeniero Arnold de Ville sugirió canalizar el agua hasta Versalles desde la finca del rey en Marly, situada a orillas del Sena, a 8 km en dirección este.
En 1678 se construyó en el río una gran planta de bombeo, conocida como la Machine de Marly. Un total de 253 bombas eran accionadas por 14 ruedas de 12 m de diámetro que elevaban el agua en tres fases, por espacio de casi 2 km, hasta una serie de depósitos.
El más alto de ellos se alzaba a 153 metros sobre el Sena y, desde allí, el agua descendía hasta Versalles en tuberías de hierro fundido.
La Machine de Marly debía suministrar 6 millones de litros de agua al día, pero nunca llegó a producir más de la mitad.
Hacia 1685 quedó claro que Versalles necesitaba más agua y se decidió entonces desviar el curso del río Eure, que fluía a unos 80 km al oeste. El ejército francés empezó a construir un gigantesco acueducto, que duplica en altura a las torres más altas de la catedral de Notre Dame. Pero en 1688 Francia entró en guerra y la obra nunca se concluyó.
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