¿Cómo se forman las gotas de lluvia?
Para que las diminutas gotas de agua que se forman en las nubes puedan caer, primero debes hacerse lo suficientemente grandes y pesadas.
Las nubes que cruzan majestuosas los cielos se componen de billones y billones de diminutas gotitas de agua y cristales de hielo. Aunque una sola nube puede contener varias toneladas de agua, muchas de ellas pasan sin descargar ni siquiera una llovizna. Sólo cuando se reúnen las condiciones adecuadas cae a la tierra, en forma de lluvia, parte del agua que las forma.
Las innumerables gotitas de agua que forman las nubes se originan cuando el aire cálido y húmedo asciende. Al ascender se enfría tanto que el vapor de agua se condensa alrededor de las partículas de polvo y otros elementos microscópicos que constituyen los llamados núcleos de condensación.
Las gotitas son al principio tan diminutas que flotan realmente en el aire, pero al moverse con el viento chocan entre sí y se funden, formando gradualmente gotas cada vez mayores, hasta que llegan a ser suficientemente grandes y pesadas para caer como lluvia.
Comienzan como cristales de nieve o hielo en las gélidas regiones superiores de una nube; se van fundiendo al atravesar las capas de aire más cálido de la parte inferior y llegan a la tierra en forma de lluvia.
Es probable que al menos la mitad de toda el agua de lluvia se origine de cristales de nieve. Las gotas de lluvia más pequeñas, que producen la llovizna, descienden a tierra tan suavemente que parecen flotar.
Las más grandes, de hasta 6 milímetros de diámetro, se precipitan con una velocidad de 8 metros por segundo. Aunque las más grandes están achatadas, la mayoría son redondas.