Cómo ser un mejor compañero de trabajo
Sigue estos consejos para sentirte más satisfecho con tus tareas y llevarte mejor con tus colegas.
Para mucha gente, el trabajo es fatigoso y se hace sólo para ganar un sueldo. Pero en los últimos años las empresas se han dado cuenta de que ser positivos en el lugar de trabajo beneficia por igual a los empleados y a los dueños.
Un estudio publicado en 2015 por la Universidad de Warwick, en Inglaterra, halló pruebas claras de que la felicidad aumenta la productividad.
A los sujetos de un grupo se les mostró un video cómico de 10 minutos de duración, y a los de otro se les dieron bocadillos y agua gratis; luego se pidió a todos los voluntarios hacer una serie de cálculos en un tiempo fijo.
En promedio, estas personas fueron 12 por ciento más productivas que los miembros de un grupo de control que no recibieron incentivos.
“El motor que impulsa una mayor productividad es el esfuerzo redoblado”, afirma Daniel Sgroi, coautor del estudio. “Las personas más contentas se esfuerzan más”.
A menudo se cita a Google como una empresa que entiende esta ecuación. Este gigante de la tecnología, con sede en California, invierte mucho en el bienestar mental de sus empleados.
Les ofrece desde refrigerios gratis y gimnasios in situ hasta horarios flexibles; además, los anima a dedicarse a proyectos paralelos en horas de oficina.
Por desgracia, no todos tenemos la oportunidad de trabajar en Google, pero las pruebas indican que los propios empleados pueden crear un lugar de trabajo más agradable y eficiente.
Los dos factores decisivos de la felicidad en el lugar de trabajo son la motivación y mantener relaciones positivas con los colegas, dice Emma Seppälä, directora científica del Centro de Estudios y Educación sobre la Compasión y el Altruismo de la Universidad Stanford, en California.
Y añade que, sea cual sea tu campo laboral, elogiar a los colegas por un trabajo bien hecho, por ejemplo, les indica que alguien toma nota de lo que aportan, y eso ayuda a que todos se sientan parte esencial del esfuerzo colectivo.
Otra táctica consiste en motivar a tus compañeros. Si, por ejemplo, eres un diseñador gráfico especialmente talentoso, la calidad de tu trabajo podría animar a tus colegas a esforzarse más.
Pero Seppälä sugiere otra manera de alentarlos: ofréceles consejos técnicos o explícales cómo abordar un proyecto a fin de ayudarlos a mejorar sus destrezas.
Igualmente, puedes subrayar la importancia del trabajo ilustrando el impacto que tiene en otros grupos humanos. Una manera de hacerlo es mencionar a beneficiarios reales.
En 2007 Adam Grant, un profesor de administración de la Universidad de Pensilvania, dio a conocer un estudio que hizo con empleados del centro de llamadas telefónicas de esa institución, a quienes les pidió que se comunicaran con donadores potenciales de fondos; luego puso en contacto a algunos de esos empleados con un estudiante que había recibido ayuda económica y que contó lo que ese apoyo había significado para él.
“De pronto los empleados pudieron ver el gran impacto de su trabajo, cómo cambiaban vidas”, comenta Seppälä respecto a ese estudio.
Por ello, ese grupo concreto fue más persuasivo al solicitar donativos, lo que se tradujo en un aumento notable en los fondos recaudados por cada empleado, de 185 dólares a la semana a más de 500, en promedio.
Motivar a los colegas es importante, pero también lo es fomentar una cultura de apoyo mutuo. Para empezar, considera a tus colegas como amigos, y no como rivales empeñados sólo en complacer al jefe o conseguir un ascenso fácil.
Evita culpar públicamente a un compañero por una tarea mal hecha, pues eso sólo genera resentimiento y mala voluntad.
En general, dice Seppälä, las personas no tratan de equivocarse a propósito, y podrían aprender de sus errores.
Otra forma de mejorar el ambiente de trabajo es mostrar empatía a los colegas desmotivados, gruñones o poco cooperativos que tienen baja autoestima o algún problema personal.
“Tratar de entender por qué alguien está molesto es siempre un buen comienzo”, dice Vanessa Buote, directora de investigación de Plasticity Labs, en Waterloo, Canadá, quien estudia la felicidad en el lugar de trabajo.
Expresa tu empatía preguntando con tacto a tu colega si está batallando con problemas personales. No te sientas obligado a darle consejos.
El simple hecho de escucharlo ventilar sus frustraciones puede resultar catártico para él, y quizá eso lo lleve a encontrar soluciones, explica Buote.
Con frecuencia, las acciones más sencillas para fomentar la camaradería pueden ser las más eficaces; por ejemplo, rituales sociales como tomar juntos un café todos los días a la misma hora ayuda mucho.
“Te sorprenderá ver los beneficios que tienen esos pequeños gestos”, señala Buote. “Nos dan la oportunidad de sentirnos renovados y, a la vez, fomentan un sentido de comunidad dentro de la empresa”.
¿Eres buen compañero de trabajo? ¿Crees que tus colegas son buenos compañeros?