¿Cómo sería México si los españoles no hubieran llegado? Algunas hipótesis
Pensar cómo sería México sin la llegada de los españoles no es un ejercicio para negar nuestra historia, sino para valorar nuestro pasado.
Septiembre, mes patrio, nos invita a reflexionar sobre nuestra historia. Recordamos la lucha por la Independencia, las culturas que nos dieron origen y la mezcla que nos define como mexicanos.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo sería México si los españoles no hubieran llegado en 1519? No se trata de cambiar la historia, sino de abrir la puerta a posibilidades fascinantes.
A continuación, algunas hipótesis que nos invitan a imaginar un México alternativo, sin conquista ni colonización española.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio que hoy llamamos México era el hogar de civilizaciones avanzadas: mexicas, mayas, purépechas, mixtecos, zapotecos y muchas más.
En un escenario sin colonización, es posible que el Imperio Mexica hubiera continuado su expansión o enfrentado una reorganización interna que diera paso a una federación de pueblos mesoamericanos.
Con el tiempo, podrían haber surgido alianzas políticas entre los pueblos originarios, similares a una especie de “Unión Mesoamericana”, que impulsara avances en astronomía, ingeniería, agricultura y escritura, áreas en las que ya destacaban notablemente.
Una pregunta clave es: ¿hasta dónde habrían llegado tecnológicamente estas civilizaciones? Aunque no conocían la rueda para transporte o los metales como el hierro, sus conocimientos científicos eran profundos.
Sin el freno que significó la conquista (que destruyó códices, centros de estudio y estructuras de poder), es posible que hubieran desarrollado sus propias formas de modernidad.
Quizá se habrían encontrado con otras potencias (chinas, árabes o incluso europeas) más adelante, pero en términos más equitativos, como socios comerciales, no como colonias. Un intercambio de conocimientos en condiciones menos violentas podría haber impulsado avances únicos en el mundo.
En lugar del español como lengua dominante, México probablemente sería un mosaico lingüístico mucho más rico.
Idiomas como el náhuatl, el maya, el mixteco o el zapoteco serían lenguas nacionales, enseñadas en las escuelas, habladas en los medios y utilizadas en la política. Tal vez existiría un idioma común mesoamericano, surgido por la necesidad de comunicación entre pueblos.
La riqueza cultural e identitaria estaría más conectada con lo indígena, y el orgullo por los símbolos prehispánicos sería la base del nacionalismo.
Sin la imposición del cristianismo, las religiones mesoamericanas seguirían siendo practicadas y evolucionando.
Tal vez el culto a Quetzalcóatl, Huitzilopochtli o Itzamná se habría transformado en nuevas formas de espiritualidad, como lo hicieron las religiones egipcias o grecorromanas en sus respectivos contextos.
El calendario, los rituales y los centros ceremoniales tendrían un lugar central en la vida cotidiana, y las festividades no girarían en torno a santos, sino a ciclos cósmicos y agrícolas.
Si los españoles no hubieran colonizado Mesoamérica, ¿lo habría hecho otra potencia? Es probable que otras naciones europeas, como los ingleses, franceses o portugueses, hubieran intentado su propia conquista.
Pero también existe la posibilidad de que, al no haber oro fácil ni relatos de imperios ricos, la región hubiera sido ignorada por un tiempo más largo, permitiendo un desarrollo propio.
Esto habría alterado completamente el destino de América, y quizá México hoy no estaría dividido por estados, sino por reinos o ciudades-estado indígenas.
Pensar cómo sería México sin la llegada de los españoles no es un ejercicio para negar nuestra historia, sino para valorar todo lo que existía antes de la conquista, y preguntarnos qué otras rutas eran posibles.
En este mes patrio, además de celebrar la Independencia, vale la pena imaginar también una independencia más profunda: la de pensar en nuestros orígenes desde nuevas perspectivas.