Casi todas las poblaciones del mundo tienen una dieta deficiente. El 50 por ciento de los latinoamericanos y caribeños está mal nutridos…¿Qué hacer para cambiar esta realidad?
Existe un hambre crónica, una ingesta inadecuada cuyos efectos no son percibidos inmediatamente, sino que sus consecuencias son a largo plazo y profundas.
Esa hambre oculta no es un vacío en el vientre, es un déficit de micronutrientes que golpea la salud y la vitalidad.
“Esa hambre oculta está presente en cada etapa, desde el nacimiento y hasta la senectud; esa hambre —por ejemplo— se hace evidente en las adolescentes que tienen hijos con bajo peso, lo que redunda en trastornos cognitivos y mayor índice de mortalidad” explica Jeffrey Blumberg, profesor de investigación de la Escuela Friedman de Ciencia y Políticas de Nutrición de la Universidad Tufts, de Boston, Massachusetts.
En México solo el 5.7 por ciento de la energía que se consume proviene de las frutas y las verduras. “Es indispensable la transformación de los sistemas alimentarios, pues casi el 50 por ciento de los latinoamericanos y caribeños está mal nutridos, alertó Julio Berdegué, subdirector general y representante regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
¿Pero cómo llegamos a esa hambre oculta? No es un secreto: una dieta deficiente en micronutrientes, esas sustancias nutritivas contenidas en los alimentos que el cuerpo humano necesita en pequeñas cantidades para protegerse de las enfermedades. Los fitonutrientes son el pilar para una vida sana
“La dieta no está balanceada; en Estados Unidos el 85 por ciento de la población no cumple con la ingesta diaria mínima recomendada de frutas y verduras, en donde se hallan los minerales y las vitaminas” explica Jeffrey Blumberg en su ponencia ‘El hambre oculta’, presentada durante el XVIII Congreso Latinoamericano de Nutrición, realizado en Guadalajara, Jalisco.
“Más del 90 por ciento de las personas en el continente americano se queda debajo de la mitad del requerimiento de las vitaminas D y E; más del 75 por ciento no obtiene los requerimientos suficientes de calcio, magnesio y vitamina K y el 50 por ciento tiene carencia de hierro, lo que es un problema serio de consecuencias graves en la vida sino no se acorta esa brecha” alertó Jeffrey Blumberg.
Las vitaminas C y D —por ejemplo— son responsables de la salud ósea, el zinc de la respuesta inmune, la vitamina B12 y la colina del rendimiento cognitivo, el magnesio está relacionado con la buena presión arterial y la modificación epigenética se vincula con las vitaminas B6, B9 y B12.
Cuando no es posible cubrir los requerimientos de vitaminas y minerales por medio de la alimentación es importante considerar complementarla a través de suplementos alimenticios.
Un estudio publicado hace un par de años reveló que el uso de suplementos en Estados Unidos se ha mantenido estable desde hace 15 años, siendo más consumidos por personas de la tercera edad y por las mujeres. Dicha investigación también dejó en claro que las personas con mayor educación consumen más suplementos.
El 87% de nosotros todavía no incluye suficientes frutas y verduras en la dieta diaria.
Para mantener una buena salud la Organización Mundial de la Salud recomienda 400 gramos al día de frutas y verduras repartidos en cinco porciones a lo largo del día, pero la realidad es que todo el mundo tiene insuficiencia en la ingesta de micronutrientes, precisa Kevin Gellenbeck, investigador y desarrollador para la marca Nutrilite de suplementos alimenticios y alimentos en las instalaciones de Amway/Nutrilite en Buena Park, California.
“Si las personas comieran lo que deben comer se salvarían 2.7 millones de vidas cada año” asegura el investigador. Pero la realidad es que en todo el mundo nadie logra ese promedio.
Días complicados, factores ambientales que reducen los niveles de nutrientes de frutas y verduras, disponibilidad y variedad de los alimentos; todos esos factores crean una brecha entre lo que comemos y lo que necesitamos.
Los fitonutrientes —o fitoquímicos— son compuestos químicos bioactivos que se encuentran de forma abundante en las plantas; estos componentes les dan a las plantas su color, sabor, olor e incluso textura. También ayudan a protegerlas de las bacterias, hongos, virus y enfermedades.
Hay una relación directa entre los fitonutrientes y la salud. El betacaroteno disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas, el licopeno disminuye la propensión a los padecimientos cardiovasculares, la luteína reduce los daños oxidativos al globo ocular, ácido elágico protege del daño oxidativo al ADN. Esos nutrientes interactúan en el cuerpo humano y lo protegen.
“Toda la gente sabe qué comer, pero en todo el mundo existe el mismo problema: la disponibilidad de los alimentos, la pobreza de ciertos productos por haber sido cosechados en tierras deficientes, la densidad calórica” explica el investigador.
Todos tenemos problemas para alcanzar la meta diaria de cinco porciones de frutas y verduras, pero es vital conseguir esos fitonutrientes que combaten las enfermedades. Es aquí donde los suplementos ayudan a llenar los vacíos nutricionales.
Actualmente, 1 de cada 3 personas en el mundo padece de algún problema de malnutrición. En el caso particular de México, el INEGI reporta que en los hogares mexicanos con niños de hasta 10 años solo el 66 por ciento vive con seguridad alimentaria, lo que significa que existen 425 mil menores de 5 años con bajo peso, más de un millón con baja talla y poco más de 211 mil con emaciación (adelgazamiento patológico).
Un claro ejemplo de que los suplementos pueden cerrar esta brecha de fitonutrientes fue la acción emprendida entre Un kilo de ayuda — una organización no gubernamental dedicada a lograr que los niños menores de cinco años en México tengan un desarrollo infantil completo— y Amway —una compañía de marketing multinivel que creó el primer polvo de micronutrientes basado en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la cual proporciona a los menores de cinco años los nutrientes necesarios para sobrevivir y alcanzar su máximo potencial. “Un niño bien nutrido tiene 33 por ciento más de probabilidades de poder salir de la pobreza” refiere el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias en su reporte anual de nutrición.
Este suplemento logró en 2017 que el 23 por ciento de los niños entre 0-5 años que siguieron el tratamiento se recuperaran totalmente de la anemia en los estados de Yucatán, Sinaloa, Estado de México y Chiapas.
Los suplementos vienen en infinidad de presentaciones, así que se adaptan a las necesidades de cada persona. Existen pastillas, cápsulas o tubitos con concentrados de frutas y vegetales a los que solo hay que agregarles agua para preparar bebidas con todos los nutrientes y sin calorías.
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