Sentir ansiedad no significa que estés mal o seas débil. En una cultura donde el bienestar se mide en base a la ausencia total de malestar, el profesor David Rosmarin, especialista en salud mental de la Universidad de Harvard, propone una mirada transformadora: la ansiedad también puede ser una aliada.
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¿Qué es la ansiedad y por qué es necesaria?
Rosmarin explica que la ansiedad es una emoción natural del cuerpo frente a lo incierto. Se manifiesta en tres niveles:
- Cognitivo: pensamientos anticipatorios como “¿y si pasa algo malo?”
- Fisiológico: síntomas físicos como taquicardia, tensión muscular o sudoración
- Conductual: evitación de situaciones o rutinas repetitivas
Aunque puede ser incómoda, no tener ansiedad en absoluto puede indicar una falta de respuesta adaptativa frente al entorno. Pero cuando se vuelve constante o interfiere con la vida diaria, es momento de prestarle atención.
¿Estamos medicalizando demasiado la ansiedad?
Según Rosmarin, la sociedad actual tiende a considerar cualquier signo de ansiedad como una patología. Esto ha generado una ola de medicalización que, si bien puede ser útil en casos específicos, también puede deslegitimar una emoción humana básica.
“Estamos enseñando a niños y adolescentes que sentirse ansioso es anormal”, señala Rosmarin. En cambio, propone validar el malestar emocional desde casa, con empatía y sin juicio. Esto fortalece la capacidad de afrontar retos desde edades tempranas.
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El método en 4 pasos para convertir la ansiedad en fortaleza emocional
Este enfoque, útil tanto para adultos como para niños, busca transformar la ansiedad en una herramienta de crecimiento personal. Estos son los pasos:
- Identificar: reconoce con claridad qué está generando la ansiedad.
- Compartir: exprésalo en voz alta con alguien de confianza.
- Abrazar: acércate gradualmente a lo que temes, sin forzarte.
- Soltar: acepta que no todo está bajo tu control.
Este proceso no busca eliminar la ansiedad, sino enseñarte a convivir con ella. Incluso en casos como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o ciertas fobias, este método ha mostrado resultados positivos sin recurrir exclusivamente a medicamentos.
Aceptar para evolucionar
El mensaje final de Rosmarin es claro: aprender a convivir con la ansiedad puede ser más poderoso que intentar suprimirla. Las personas que logran hacerlo desarrollan resiliencia, autenticidad y equilibrio emocional.
En un mundo que exige soluciones rápidas, aceptar nuestras emociones tal como son —sin negarlas ni exagerarlas— puede ser el verdadero camino hacia el bienestar.
Fuente: Infobae