Todos conocemos esa escena clásica del compromiso: una persona se arrodilla, declara su amor y le pide a su alma gemela que comparta su vida, mientras revela un deslumbrante anillo de diamantes que encaja a la perfección en el dedo anular de su pareja. Es un ritual lleno de emoción y simbolismo, pero cuando lo analizamos, descubrimos que detrás de esta tradición hay mucho más de lo que parece, e incluso algunos aspectos desconcertantes.
¿Por qué nos arrodillamos para hacer la pregunta en primer lugar? ¿Y con qué rodilla te propones, de todos modos? Para obtener nuestras respuestas, tendremos que viajar unos siglos atrás a una época de caballeros y nobleza.
Normalmente, te pones sobre la rodilla izquierda al hacer la pregunta. La caja con el anillo generalmente se sostiene en la mano izquierda y se abre con la mano derecha, revelando un magnífico anillo de compromiso para tu amada.
¿Por qué la rodilla izquierda, específicamente? Según Keith Willard, oficiante y planificador de bodas, la mayoría de las personas se arrodillan a la izquierda porque son diestros.
Bajar sobre la rodilla izquierda permite al proponente posicionarse correctamente y abrir la caja fácilmente.
Sí, absolutamente, puedes proponerlo con la rodilla derecha. El hecho de que ponerse de rodilla izquierda sea la norma, ¡no significa que la propuesta no sea válida si se hace lo contrario!
De todos modos, tu futura prometida probablemente ni siquiera se dará cuenta de qué rodilla está tocando el suelo, diablos, ¡estará ocupada pensando en algo para pedir prestado y algo azul!
Además, si eres zurdo, es posible que ponerte sobre la rodilla derecha sea más cómodo.
Si bien los orígenes históricos de este gesto romántico son un poco turbios, una teoría es prometedora. Según Willard, esta tradición puede provenir de la época medieval, cuando los caballeros se inclinaban ante las mujeres nobles.
Arrodillarse también fue el protocolo para muchos rituales ceremoniales y ritos de paso, incluidos los de tipo romántico. Las obras de arte y la literatura medievales muestran a los caballeros genuflexionándose ante sus señores feudales como signo de honor y respeto, o arrodillados frente a una mujer noble para expresar su eterna servidumbre y admiración en una muestra de “amor cortés”.
Willard también dice que ponerse de rodillas muestra un nivel de respeto por tu futura pareja. “Ponía al proponente en una posición de sumisión”, explica. “Toda su vida está ahora en manos del otro, con la esperanza de que el otro sea amable y amoroso”.
Así que, si lo piensas, tu amor te está diciendo que eres digno de honor, respeto y dicha eterna cuando se arrodillan. ¡Qué romántico!
Tomado de rd.com What Knee Do You Propose On, and Why?
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