El Alzheimer y otras formas de demencia son enfermedades que a menudo parecen lejanas, algo que “solo les pasa a otros”. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que hay una serie de factores de riesgo de demencia que podemos modificar con nuestras acciones para disminuir las probabilidades de padecerlas.
Según la Organización Internacional de la Enfermedad del Alzheimer, atender estos factores modificables podría prevenir o retrasar hasta el 45% de los casos. La clave está en ser conscientes y tomar decisiones que protejan la salud cerebral desde una edad temprana.
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Factores de riesgo de demencia modificables
A continuación, te presentamos los 14 factores de riesgo identificados por la Organización Internacional de la Enfermedad del Alzheimer y otras investigaciones que, según la evidencia, pueden influir en el desarrollo de la demencia:
Hábitos de estilo de vida
- Inactividad física: El ejercicio regular no solo beneficia al corazón, sino que protege al cerebro. Un estudio demostró que caminar 10,000 pasos al día puede reducir el riesgo de demencia hasta en un 50%.
- Fumar: Consumir tabaco aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar demencia, pero dejar de fumar en la edad adulta también reduce esta probabilidad.
- Consumo excesivo de alcohol: Beber más de 21 unidades semanales de alcohol incrementa el riesgo de esta enfermedad.
- Poco contacto social: Tener una red de apoyo, ya sea con amigos o familiares, mejora la reserva cognitiva y fomenta actividades beneficiosas para la memoria.
Condiciones de salud
- Obesidad: Padecer obesidad en la mediana edad (entre los 40 y 60 años) aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de demencia.
- Hipertensión: La presión arterial alta daña los vasos sanguíneos del cerebro, aumentando el riesgo de demencia vascular y Alzheimer.
- Diabetes: La diabetes tipo 2 es un factor de riesgo para el desarrollo de la demencia.
- Depresión: Si bien la relación no es totalmente clara, la depresión se asocia con una mayor incidencia de demencia.
- Discapacidad auditiva y visual: La pérdida auditiva y ciertas afecciones oculares como las cataratas pueden aumentar el riesgo. La buena noticia es que el uso de audífonos o el tratamiento de la visión pueden reducir esta probabilidad.
- Colesterol alto: En el cerebro, el exceso de colesterol se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y un aumento de proteínas relacionadas con el Alzheimer.
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Factores externos y de desarrollo
- Lesiones en la cabeza: Los traumatismos craneoencefálicos graves y repetitivos pueden adelantar el desarrollo de la demencia en varios años.
- Contaminación del aire: La exposición a partículas finas de la contaminación atmosférica se ha relacionado con el desarrollo de demencia vascular.
- Bajo nivel educativo: Un bajo nivel educativo en la primera infancia afecta la reserva cognitiva y es considerado uno de los factores de riesgo más importantes.
Un llamado a la acción
Aunque no podemos cambiar nuestra genética, sí podemos tomar control de muchos de nuestros hábitos. La evidencia es clara: cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente a lo largo de la vida es la mejor estrategia de prevención. Hacer ejercicio, mantener una dieta balanceada, cuidar nuestras relaciones sociales y atender nuestra salud general son pasos concretos que podemos dar para reducir los factores de riesgo de demencia.
¿Qué cambios harás hoy para proteger tu salud cerebral?