Cuidados para los diferentes tipos de piel
Nuestra piel cambia conforme envejecemos, y si queremos que luzca sana a cualquier edad, debemos empezar a cuidarla cuanto antes.
Saber de qué tipo es (y por tanto qué productos son los más recomendables para ella) nos permitirá mantenerla hidratada, limpia y saludable. Y, por supuesto, entre esos cuidados se encuentra el tomar las precauciones necesarias cuando queramos exponernos al sol.
La piel es el órgano más grande de tu cuerpo. Pero también es muy frágil: se daña con facilidad, la afectan factores externos como la contaminación y el sol, y se lastima desde el interior cuando no llevamos una buena alimentación o fumamos.
El secreto para tener una piel hermosa y sana es saber de qué tipo es. A grandes rasgos, la piel —en especial la de la cara— puede ser seca, grasa o mixta. ¿Sabes cómo es la tuya?
A la piel seca le falta agua o aceite y no es exclusiva de las personas mayores (aunque es cierto que se va secando más con la edad).
El reto es su gran vulnerabilidad a los efectos del sol y de la contaminación. También es frecuente la aparición temprana de líneas de expresión.
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La piel grasa produce más aceite de lo normal y suele deberse a las hormonas o a una mala rutina de limpieza. Hay que tratar de reducir la producción de aceite, pero cuidando de no irritar la piel.
El secreto para cuidar la piel grasa es ser paciente. Cuando la piel brilla o salen muchos barritos, la primera tentación es lavarse la cara con frecuencia y exfoliarse diariamente. Sin embargo, si la piel queda demasiado seca, producirá más aceite para compensar.
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Con la piel mixta, la frente, nariz y mentón (o Zona T) son grasas, mientras que el resto es seco. Las áreas afectadas suelen cambiar dependiendo de la edad.
El reto de la piel mixta es encontrar el equilibrio: el cuidado de las zonas grasas puede lastimar las zonas secas, y viceversa. Una opción es basarse en la hora.
Durante el día necesitarás eliminar el brillo de la Zona T, así que recurre a un humectante especial para piel grasa. Para la noche, ponte una crema ligera para hidratar tus mejillas sin alterar el resto de tu cutis.
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