Conserva tus dientes el tiempo que más puedas en la vida
Después de los 45 años se pierden en promedio unas cuatro piezas dentales. Después la pérdida se acelera: diez dientes en una década.
Las enfermedades dentales que conducen a la pérdida de dientes se encuentran entre las enfermedades crónicas prevenibles mediante la nutrición, apunta la Organización Mundial de la Salud.
Si se conocen los mecanismos nutricionales que actúan favorablemente sobre esa pérdida se puede evitar. Siempre subestimamos la importancia de nuestros dientes, pero en cuanto pierdes el primero que te das cuenta de lo fundamentales que son.
La pérdida de piezas dentales golpea la autoestima, “¿qué pensará la gente?” “me cambia por completo la cara”. Y es que en ausencia de determinados dientes, el soporte labial desaparece, lo que provoca un aplastamiento progresivo del nivel inferior del rostro, así que las expresiones faciales se alteran, suena terrible ¿no?
La pérdida de las piezas dentales no es solo un problema estético; esa anomalía aumenta enormemente el riesgo de padecer diversas enfermedades. Algunas de ellas son:
Estos riesgos para la salud se añaden a la infinidad de limitaciones provocadas por la colocación de prótesis removibles o el uso de ‘dentaduras postizas’, que son los principales responsables del mal aliento en las personas mayores de 50 años.
Si quieres mantener tus dientes el mayor tiempo posible, aquí tienes varios consejos:
Ningún alimento que no sea el chicle provoca un estímulo de salivación eficaz sin contribuir al aporte calórico . A menudo se ignora, pero forma parte de las recomendaciones de diversas organizaciones y asociaciones de odontología.
El lavado de dientes elimina todas las bacterias, incluidas las benéficas, así que al estimular el flujo salival el chicle ayuda a la eliminación de las bacterias malas, las que abundan en un ambiente ácido.
Máscalo especialmente después del almuerzo. No olvides elegir sin azúcar y lo más natural posible.
Se sabe desde hace décadas que esta vitamina mantiene la estructura esquelética y recientemente también se sabe que influye significativamente en la salud de la cavidad bucal.
Varios estudios muestran la asociación entre niveles bajos de vitamina D y el riesgo de padecer caries. Se ha encontrado que los niños que no padecen caries tienen 2-3 veces más probabilidades de tener niveles óptimos de esta vitamina.
Asegúrate de ingerir una cantidad adecuada de esa vitamina sobre todo en otoño e invierno, cuando los niveles circulantes son más bajos. Exponte razonablemente al sol en primavera y verano.
Aumenta el consumo de alimentos ricos en este macroelemento y considera la suplementación.
Evita el cepillo de dientes eléctrico, pues es más abrasivo y potencialmente dañino para el esmalte dental a largo plazo.
Opta por los probióticos orales, especialmente si tienes la sensación de falta de saliva, si tienes más de 60 años o si fumas para restablecer un equilibrio bacteriano bucal óptimo y luchar contra las bacterias patógenas.
Para prevenir la formación constante de placa bacteriana podría pensar que es una buena idea cepillarse los dientes con regularidad, pero en realidad es malo: el cepillado excesivo daña la superficie dental, lo que favorece las caries.
La Unión Francesa para la Salud Bucal recomienda cepillarse los dientes dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. No más.
Nos damos cuenta de su papel fundamental cuando las glándulas se ven afectadas en determinadas enfermedades y durante el envejecimiento.
La saliva tiene infinidad de ventajas para contrarrestar las bacterias patógenas:
Para aprovechar al máximo esta arma natural evita los alimentos industriales, pues al ser más blandos se reduce considerablemente la masticación y la secreción salival. Además, contienen acidificantes (por ejemplo los refrescos) que no permiten que la saliva otorgue suficiente acidez a la boca.
Se trata de bacterias benéficas, principalmente del género Lactobacillus y Bifidobacterium, los cuales tienen el poder de controlar el crecimiento de microorganismos patógenos causantes de caries.
Estos probióticos vienen liofilizados, es decir, completamente secos, pero vivos, así que cuando se introducen nuevamente en un medio soluble, como la boca, dejan su estado latente y reanudan su actividad.
La saliva es un arma formidable si su composición es óptima. Dado que esto depende sobre todo de la dieta, no es de extrañar que las deficiencias de varios micronutrientes aceleren la pérdida de dientes y perturben el fenómeno de remineralización dental.
¡Perder los dientes no es normal! Recuerda que la mayoría de las caídas no están directamente relacionadas con la vejez, sino con la progresión de bacterias patógenas, malos hábitos y negligencia.
Fuente: Fundación por una libre elección.