De acuerdo con la evidencia científica, el contacto piel a piel con una madre al momento de nacer es “el mejor comienzo” que un bebé puede tener en su vida, y es que este gesto tan sencillo es una gran estrategia terapéutica que mejora la salud en aspectos clave.
De hecho, la revista Cochrane, que analiza el estado de la ciencia en diferentes materias para fundamentar la toma de decisiones sanitarias, llevó a cabo una actualización del conocimiento en lo que se refiere justo a este contacto “piel a piel”.
La última revisión se realizó en el 2016 y sirvió de base para elaborar 20 directrices internacionales, entre las que se incluye una recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces se han hecho 26 nuevos estudios, elevando a un total de 69 ensayos con más de siete mil parejas de madres y bebés, la mayoría realizados en paisajes desarrollados.
Este tipo de contacto se refiere al que se realiza al colocar al recién nacido desnudo sobre el pecho descubierto de su madre, inmediatamente después de su nacimiento, y que se debe mantener así durante al menos una hora.
De acuerdo con los estudios existentes, esa sencilla práctica ayuda a los bebés a adaptarse mejor y más rápido a la vida fuera del útero. Les mantiene calientes y con buenos niveles de azúcar en la sangre, les reduce el estrés y el llanto, favoreciendo también funciones vitales como la respiración y la frecuencia cardíaca.
Los resultados muestran que las madres que tienen contacto de este tipo son más propensas a amamantar exclusivamente durante los primeros seis meses de vida del bebé.
Y en estudios recientes se muestra que alrededor del 75% de los bebés que recibieron este contacto de forma temprana eran amamantados exclusivamente al mes de edad, en comparación con el 55% de los grupos que no tuvieron esta experiencia.
Asimismo, aunque ninguno de los estudios revisados se centró exclusivamente en la supervivencia, hay estudios en países en desarrollo, como la India, que han demostrado que este contacto puede marcar una diferencia entre la vida y la muerte en los bebés que presentan un bajo peso al nacer.
Los autores de la revisión subrayan que los resultados indican que hay pruebas suficientes para establecer que el contacto piel con piel inmediato después del nacimiento debe ser norma de atención sanitaria a nivel mundial.
Finalmente, aunque algunas de las investigaciones revisadas apuntaron a que ese tipo de contacto también es bueno para la madre, la evidencia de su beneficio para la salud no es tan clara como en el caso de los bebés.