Tener una relación abierta, franca y sincera con tu médico es parte integral de llevar un estilo de vida proactivo. Y en ocasiones él puede predecir tu estado de salud con solo verte.
Tener una relación abierta, franca y sincera con tu médico es parte integral de llevar un estilo de vida proactivo. Pero en ocasiones tu profesional médico puede predecir tu estado de salud con solo verte.
Cuando un paciente ingresa por primera vez en su consultorio, la doctora Lillie Rosenthal examina detenidamente su postura. Si llega con un lenguaje corporal abierto y camina con confianza, puede deducir que tiene una actitud positiva en general. “Si un paciente arrastra los pies y se mueve lentamente, es posible que carezca de energía y que esté enfermo o deprimido”, comparte.
“Observo sus brazos y piernas y el rango general de movimiento y lenguaje corporal. Si intenta protegerse o mueve todo su cuerpo en lugar de solo su cabeza, puede ser señal de un problema físico o emocional. La expresión facial también dice mucho”.
La dermatóloga Anna Guanche explica que puede saber que alguien fuma a medida que se acercan. “Tienen una voz ronca, encías inflamadas y un inconfundible olor a cigarro en su respiración y ropa que ya no pueden percibir”, dice.
“A menudo también tienen un sutil color amarillento en las uñas y líneas de fumador alrededor de los labios, producto de años de repetir un movimiento”. Si bien algunos de estos síntomas se desvanecen, hasta un puñado de cigarros por semana son detectables para unos sentidos entrenados.
O que comiste cebolla o ajo, o que no te has lavado los dientes. Aunque existen muchas razones por las que un hedor permanece en tu boca, la especialista en nutrición Luiza Petre dice que el mal aliento crónico podría tener un diagnóstico más siniestro.
“La razón puede deberse a diabetes, enfermedad hepática, reflujo, desequilibrios intestinales bacterianos y mala higiene dental. Una complicación de la diabetes, la cetoacidosis, genera un aliento con olor afrutado como resultado de la sobreproducción de cetonas”, comparte.
¿Conclusión? Busca ayuda profesional si no desaparece.
Ya sabes cómo luces cuando tu rostro se inflama por el frío, el cansancio o la congestión nasal. Pero también luces una apariencia distinta cuando enfrentas a una enfermedad potencialmente grave, como el cáncer. Guanche dice que lo primero que le llama la atención se encuentra en tus ojos, en una condición llamada “pérdida bitemporal” en la cual el área de tu sien parece vacía o indentada.
Otros signos que confirman su sospecha incluyen pérdida de peso y una textura cetrina y pálida en la piel. “Esto se debe a que la enfermedad mina la energía e incluso estás anémico. Además, debido a los tratamientos o una enfermedad en sí, a menudo se pierde el apetito, lo que da una apariencia demacrada y enfermiza. Muchas veces, la palidez grisácea se debe a la falta de oxigenación en la sangre”, agrega.
Como es una de las afecciones más peligrosas, los médicos siempre están en alerta máxima ante sus síntomas. Para Guanche, un signo claro de enfermedad hepática es el color amarillento en el blanco de los ojos, que indica ictericia temprana.
“El hígado se metaboliza y se acumula en el cuerpo, alojándose en la piel”, explica.
Además de las enfermedades por tratar, Guanche también dice que los médicos están en alerta máxima ante signos de consumo de drogas. Por lo general, primero aparecen en la piel de una persona, dándole una apariencia demacrada.
“A menudo tienen varias llagas y lesiones, particularmente en los brazos. Las llagas pueden ser por rompimientos en la piel, en el área donde se inyectan la droga, o deberse a áreas donde se acumulan las toxinas asociadas con el uso de metanfetamina”, explica.
Incluso aunque haya temporadas en que necesites lágrimas artificiales, si tus bellos ojos suelen estar claros, Guanche puede deducir que estás sano… en especial si tu actitud combina con tus pupilas.
“Cuando alguien tiene la piel brillante y húmeda, la esclerótica está alerta mientras les hablo y, por supuesto, si sonríen con facilidad y su voz es clara, suelen parecer saludables”, comparte.
Después de un día bajo el sol, tus amigos pueden comentar que luces fresco y sonrojado incluso aunque no te maquilles. Pero cuando ocurre lo contrario, Rosenthal cree que podría haber problemas.
“Si hay ojeras y tu piel luce pálida, son señales importantes de que algo más podría estar sucediendo internamente”, dice.
Aunque es más común con la edad, Petre dice que los problemas con la presión arterial se revelan primero en la cara de una persona. O más específicamente en el color en tu rostro.
“Cuando la presión arterial aumenta, el cuerpo trata de disminuirla mediante la vasodilatación, y eso nos ruboriza. Además, las personas comunes con fluctuaciones de presión sanguínea sufren roturas de los capilares que aumentan el enrojecimiento”, dijo.
Aunque los brotes de acné pueden ser causados por muchos factores internos y externos, Petre dice que a veces pueden deberse a una mala alimentación, a cambios hormonales o una reacción a un producto o al medio ambiente.
“Las alergias desencadenan la liberación de histamina que vasodilata la piel y es responsable de las áreas enrojecidas”, comparte.
Aunque podrían revelar que te desvelaste o que tienes alergias, también podrían indicar que tus órganos están peleando contra algo. Petre dice que la hinchazón alrededor de nuestros ojos puede sugerir una enfermedad renal o una tiroides lenta.
“La enfermedad renal puede conducir a la pérdida de proteínas, que retienen a los líquidos en los vasos sanguíneos. Cuando la albúmina es baja, el líquido se filtra hacia el tejido, lo que inflama el área de los ojos”, concluye.
Tomado de rd.com 11 Things Your Doctor Can Tell Just By Looking at You
