Covid-19 se enfrenta a un país con problemas graves de salud

México tiene una población joven en comparación con otros países, pero la epidemia de Covid-19 encuentra a una sociedad deteriorada por una mala alimentación que deriva en obesidad, diabetes e hipertensión, alertó el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell Ramírez.

Aunque la mayoría de las víctimas mortales o con complicaciones son mayores de 80 años, el coronavirus podría ocasionar graves daños en México porque se topa con una sociedad con problemas graves de salud y un sistema de salud abandonado desde hace décadas.

La monstruosa sobreoferta de alimentos procesados

Mientras en países como Francia, España e Italia la mitad de su población tiene menos de 43 años, en México el 50 por ciento tiene menos de 27.

Eso es un aspecto positivo respecto a la pandemia, destacó López-Gatell, pero el virus se topa con una población en malas condiciones de salud debido no solo a las malas decisiones de las personas respecto a su alimentación, sino a la “monstruosa y monumental sobreoferta de alimentos industrializados”.

Anualmente mueren 600,000 mexicanos, y la mitad de esas muertes son causadas por la mala alimentación, afirmó el servidor público.

Recordó que las primeras causas de muerte en México son diabetes, enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebrovascular y cáncer y que son cuatro los elementos más dañinos: exceso de sal, exceso de grasa, exceso de azúcar y exceso de calorías totales. “Esa es la situación con la que se enfrenta a la pandemia de Covid-19” dijo.

En esta pandemia mucha gente morirá porque las políticas públicas no son las adecuadas para dar una respuesta eficiente.

Desde la llegada de la revolución agrícola, hace más de 20 años, empezaron a industrializarse la mayoría de los productos que considerábamos sanos y seguros. Se incorporaron químicos y aditivos para potencializar el sabor de la comida: más dulce, salada, con sabores más intensos e incluso con la finalidad de que las porciones de los alimentos fueran mayores.

Todos “éramos felices”, porque comíamos más, más barato y con sabores más fuertes.

Sin embargo, todo esto es sólo una máscara para el paladar y un reloj de arena para el organismo. Inicio así el “boom” de la comida procesada e industrializada.

La identificamos fácilmente porque está empaquetada o enlatada, y cuya etiqueta nutricional contiene más de 10 ingredientes, que muchas veces ni podemos pronunciar. Ingredientes que contienen un sinfín de químicos que pueden llegar a ser letales para nuestro cuerpo, explica Deyanora Cano, health coach certificada por el Integrative For Nutrition School.

Por ejemplo, los abonos químicos son productos de síntesis química que generan cambios importantes en el equilibrio mineral y vitamínico de los alimentos, esto detona en el cuerpo humano como inflamación celular, daños al ADN y a la estructura celular que nos hacen más susceptibles a enfermedades, infecciones y a diversos padecimientos crónico-degenerativos como pueden ser el alzheimer, parkinson, diversos tipos de cáncer, diabetes, obesidad, hipertensión, infartos y osteoporosis, esto de acuerdo con diversos análisis de un grupo de investigación de la Red INMA (Infancia y Medio Ambiente) en España.

México solo invierte el 2 por ciento del PIB en salud

Aunado a esa situación está el abandono sistemático del sistema de salud mexicano, el cual no está preparado para enfrentar la pandemia del Covid-19 al carecer de recursos económicos e infraestructura suficientes para atender a la población afectada, lo que “desnudará las limitaciones, como ha sucedido en Italia y España” afirmó el doctor Raúl Molina Salazar, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“El Covid-19 nos toma en una mala situación económica, ya que el PIB tiene estimaciones de una caída de entre tres y cuatro por ciento para este año e incluso hay proyecciones de una mayor reducción y ahora, al bajar la actividad comercial, los ingresos del gobierno se reducen por la baja de los impuestos recaudados, a lo que se suma el desplome de los precios del petróleo”.

El país tiene cinco veces menos camas por cada cien mil habitantes y tres veces menos enfermeras por la misma cantidad de personas, respecto de Canadá, lo que revela el contexto de México para ofrecer los servicios a quienes resulten contagiados.

Estas carencias no son atribuibles a la administración federal, sino que datan de hace tiempo, pero la coyuntura que afecta al mundo “debe ser el punto de inflexión para favorecer al sector, pues no podemos continuar como una de las naciones de América Latina que menos invierte” en el rubro, al que destina apenas dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), contra diez por ciento de Canadá, expuso el docente del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa.

Por varias razones, el ramo ha carecido de financiamiento, lo que es una desgracia si se considera que “cuando la epidemia alcance mayor expansión no podremos hacer frente a las crecientes necesidades en los hospitales”, aun cuando se cuenta con grandes profesionales en epidemiología y en otras especialidades que laboran en el Instituto Nacional de Salud Pública, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Casa abierta al tiempo, y cuyas investigaciones son valiosas para analizar la pandemia del Covid-19.

Fase 3, inminente

Ante este panorama, el subsecretario de salud prevé que la Fase 3 de la epidemia por coronavirus se registre en dos o tres semanas. “Lo que estamos haciendo ahora tendrá un efecto en las semanas próximas cuando llegue la Fase 3. A veces la expectativa es yo hago algo hoy para tener un resultado hoy, pero no es el caso con esta enfermedad” precisó.

López-Gatell recordó que solo permaneciendo en casa y guardando la sana distancia se verán resultados en la Fase 3, que es inminente.

Detalló que este domingo la cifra de casos confirmados de coronavirus alcanzó dos mil 143 casos confirmados, mientras que el número de defunciones suma 94.