Una sola palabra podría interponerse entre una noche de descanso y tú.
El sueño es algo maravilloso que no solo se siente bien, sino que es completamente necesario para nuestra salud en general. Cuando descansamos, nuestra salud física y mental prosperan.
Cuando no dormimos lo suficiente, nos dañamos en más de una forma: los malos humores, los malos hábitos, la piel sin brillo, el bajo rendimiento laboral e incluso el delirio pueden ser resultado de dar demasiadas vueltas en la cama y no soñar lo suficiente.
Aunque periódicamente todos tenemos problemas para dormir, puedes empeorar el problema si comienzas a etiquetarte como insomne.
En un artículo publicado en Journal of Behavior Research and Therapy, el psicólogo Kenneth Lichstein describe al insomnio como más que un trastorno del sueño: también es un trastorno de evaluación cognitiva.
El documento, titulado Identidad del insomnio, examina la diferencia entre el nombre del padecimiento y la condición en sí.
Lichstein escribe: “Puede haber muchas personas que sufren debido a que se autocalifican como insomnes, en lugar de sufrir una verdadera falta de sueño“.
El documento analizó 20 estudios que midieron las deficiencias del sueño y los reportes que hacían las personas que las padecían, y descubrió que la relación entre ambos es escasa.
Un estudio, de hecho, reveló que las personas que dormían mal no se describían a sí mismas como insomnes, y debido a ello, no experimentaban más fatiga o ansiedad al día siguiente en comparación con personas que dormían mejor.
Otro estudio descubrió que, a pesar del hecho de que un sueño deficiente suele relacionarse con un riesgo entre 300 y 500 por ciento de sufrir presión arterial alta, las personas que no se consideraban insomnes no presentaron tal incremento.
En contraste, el documento detectó que las personas que duermen bien pero se consideran insomnes tienden a despertarse con fatiga, depresión, ansiedad e hipertensión.
Los hallazgos de Lichstein revelan una realidad muy intrigante: a pesar de que el sueño es una función biológica, puedes engañar temporalmente a tu cerebro para que piense que eres insomne y experimentar las repercusiones, o pensar que duermes bien y tener energía suficiente todas las mañanas.
“Preocuparse por un sueño deficiente es un patógeno más fuerte que un sueño deficiente”, dice Lichstein. “La percepción sí crea realidad”.
¿Crees que esto te pueda pasar a ti?
Tomado de rd.com Giving Yourself This Label Could Be Ruining Your Sleep
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