¿Sabes ponerte fácilmente en el lugar de otra persona y sentir por lo que pasa? O, por el contrario, ¿eres bueno entendiendo pero no te involucras emocionalmente? Solemos confundir estas cualidades cuando en realidad no son lo mismo. Por eso, hoy te contamos las diferencias entre la empatía y la simpatía, y algunas de sus características principales.
El sufijo -patía proviene de la palabra griega para “sufrimiento”, pathos . El sistema médico de los Estados Unidos se basa en la patología, lo que simplemente significa diagnosticar el sufrimiento y tratar la enfermedad.
De manera similar, los profesionales de la salud mental encuentran que las conexiones sociales son de vital importancia para las formas en que las personas enfrentan y superan el sufrimiento, la aflicción y el trauma.
Palabras como simpatía , empatía e incluso apatía describen las sutiles diferencias entre las conexiones sociales muy complejas y las reacciones que los humanos mostramos cuando sufrimos o cuando somos testigos del dolor de otros.
Si bien las sutiles diferencias de comportamiento pueden parecer obvias para los terapeutas, consejeros y psicólogos, no es tan fácil para todos los demás. Así que hablamos con la terapeuta con sede en Atlanta Habiba Zaman, LPC, NCC, el profesor de psicología de la Universidad de Pepperdine Steven M. Sultanoff, Ph.D., y el psicólogo clínico licenciado Bruce L. Thiessen, Ph.D. , sobre formas sencillas de definir simpatía y empatía, y su relación con la compasión.
“La simpatía es cuando comprendes el sufrimiento de otra persona y sientes pena o lástima por la experiencia que está enfrentando”, explica Zaman. “Implica tener un juicio de valor sobre la experiencia de otra persona”.
Aunque a menudo tiene buenas intenciones, esta respuesta centrada en el juicio de valor a menudo crea una distancia palpable entre la persona que sufre y la que escucha. Entonces, dice Zaman, la simpatía a menudo se extiende cuando una persona no necesariamente se relaciona, comprende completamente o aprecia las circunstancias de sufrimiento que enfrenta alguien que conoce o ama.
“La emoción de la simpatía en mi experiencia de (reacción a) su situación. La simpatía carece de comprensión”, agrega Sultanoff. “Cuando eres comprensivo, te quedas atrapado en tu propia reacción emocional sobre cómo estás experimentando el mundo. Esto, en su mayor parte, no demuestra ninguna comprensión de la persona en peligro”.
Señala que la simpatía puede crear una barrera para la comprensión que puede activarse porque una persona comprensiva puede desviar el enfoque de la persona angustiada para centrarse en sí misma.
La simpatía es la reacción emocional del oyente, que podría decir cosas como:
“Siento mucho que te esté pasando esto” o “Me enfado tanto solo escuchando tu historia”.
Otras formas comunes en las que puede manifestarse son como lástima (p. ej., “Me siento tan mal por ti”) o incluso como envidia (p. ej., ” Lamento tu pérdida , pero me gustaría tener tanto tiempo con mi ser querido como tú lo tuviste”).
“Cuando uno expresa empatía, se basa en la experiencia personal, al relacionarse con otra persona en medio de una experiencia o dificultad similar”, explica Thiessen. “Un ejemplo de una declaración empática podría ser: ‘También perdí recientemente a un ser querido y sé lo que se siente al experimentar esa profunda sensación de tristeza y duelo”.
Él dice que este sentido de comunidad es un diferenciador clave entre la empatía y la simpatía.
“La empatía es la capacidad de sentir íntimamente y ver la perspectiva de la otra persona. No se trata solo de entender por lo que está pasando, sino de poder ponerse en el lugar de la otra persona”, explica Zaman. “Es poder decir: ‘Estoy aquí para sentir contigo’ y hacerte saber que no estás solo”.
Agrega que la empatía se define mejor por la forma en que el oyente se conecta con la persona que sufre. Sin juicio, una persona empática trataría de crear y mantener un espacio para los sentimientos y experiencias de una persona. La empatía, que se puede enseñar y perfeccionar con el tiempo , implica honrar cómo una persona que sufre ve su propia situación, incluso si no es así como la ven los demás.
Cuando se trata de comprender las diferencias clave entre la empatía y la simpatía, hay factores internos y externos a tener en cuenta. La simpatía y la empatía se distinguen en gran medida por aspectos conductuales y performativos externos, que la mayoría de la gente cree que son un reflejo de cómo se siente internamente el oyente con respecto a la persona que sufre. En cambio, los expertos dicen que la diferencia está más en la relación entre el oyente y el que sufre.
En el exterior, la simpatía a menudo parece socialmente distante, como un mensaje único de condolencias, sin seguimiento. Zaman dice que esto se debe a que la simpatía carece de intimidad, pero puede haber razones situacionales por las que ese podría ser el caso. En ciertos entornos corporativos o estructuras de poder, puede ser apropiado retener emocionalmente para mantener el decoro o para preservar la dinámica del grupo que se extiende más allá del oyente y la persona que sufre. La dinámica social y la idoneidad de mostrar curiosidad hacia una persona que sufre puede hacer que un oyente modere su comportamiento emotivo natural.
“La simpatía se usa en situaciones sociales en las que no existe una conexión íntima entre dos personas. Sería perfectamente apropiado en un entorno corporativo experimentar la simpatía de compañeros de trabajo o de un jefe. Una tarjeta o flores que compartan el reconocimiento del duelo son perfectamente aceptables y se espera en esos entornos porque cualquier otra cosa podría percibirse como no auténtica, a menos que exista esa conexión inicial y genuina”, dice Zaman.
Mientras tanto, dice, ese mismo gesto de enviar una tarjeta y flores podría ser totalmente inadecuado para los amigos de toda la vida. Por lo tanto, la relación y el contexto social entre las personas involucradas es muy importante.
Además, sin importar qué tan cercana o distante sea la relación, Sultanoff dice que la empatía es una experiencia interna de sentir cariño, preocupación y comprensión hacia otro ser humano o criatura viviente que se muestra mejor a través de una escucha activa y reflexiva .
En un intento de ser empático, una persona que realmente quiere ayudar podría compartir consejos para resolver problemas, pero Sultanoff dice que este comportamiento no muestra necesariamente empatía por el estado emocional inmediato de la otra persona. En muchos sentidos, la diferencia entre simpatía y empatía es el deseo de comprender la experiencia de una persona que sufre, no necesariamente el impulso de detener su sufrimiento.
“Tanto la empatía como la simpatía, cuando provienen de un lugar de sinceridad, son sensaciones y expresiones abiertas de compasión”, dice Thiessen. Después de todo, la compasión, que simplemente significa “sufrir juntos”, es una expresión de cariño y calidez.
Él dice que la compasión de la empatía generalmente proviene de compartir experiencias similares con otra persona, pero la compasión de la simpatía puede ser igual de útil. “Por ejemplo, el acto de investigar los tipos de sufrimiento experimentados por un niño abusado podría aumentar la simpatía de una persona por los niños abusados, independientemente de si la parte investigadora ha sido víctima de abuso infantil o no”, ofrece Thiessen.
Y esta capacidad de extender las emociones más allá de la propia experiencia personal es buena porque la compasión permite que los humanos se sientan motivados para aliviar los daños que, personalmente, nunca han experimentado.
“Las expresiones de compasión, ya sea en forma de empatía, simpatía o algún acto palpable de bondad, pueden experimentarse como un bálsamo curativo para la psique y el alma”, dice Thiessen.
Además, esa inspiración emocional puede desencadenar el activismo, la filantropía o la defensa pública al servicio de causas morales de gran alcance y socialmente impactantes. De esta manera, cultivar activamente la compasión puede permitir que un observador en una situación sea una fuerza de cambio en muchas otras.
En los términos más simples, la empatía es una emoción interna que se dirige hacia otra persona, dice Sultanoff. Demuestra una verdadera comprensión de la otra persona, sin que ningún sesgo personal interfiera con esa comprensión. La simpatía, sin embargo, está dirigida internamente.
Si está viendo a alguien en duelo o pena, la empatía se centra en comprender a la persona que sufre, mientras que la simpatía se centra en su reacción al ver a esa persona lidiar con su dolor. “Desde la perspectiva de la salud mental, la empatía es muy curativa y la simpatía no lo es”, dice Sultanoff.
“En general, se siente mejor ser el destinatario de la empatía que simplemente simpatía, porque permite un punto de conexión e intimidad. Además, una expresión de simpatía puede ser más difícil de confiar a menos que provenga de una relación genuina y un lugar de preocupación genuina”, resume Thiessen.
La empatía y la simpatía son dos cualidades importantes que nos permiten conectar con los demás y construir relaciones significativas. Es importante entender la diferencia entre estas dos cualidades para poder expresarlas de manera efectiva.
Dicho todo esto, ambos sentimientos pueden servir para fines socialmente positivos cuando se vinculan con la compasión y la acción.
Con información de MBG
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