Diferencias entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico
Aunque estos dos trastornos son muy similares, su duración e intensidad son distintos. Aquí te contamos un poco más al respecto.
Si has tenido la mala fortuna de sufrir alguno de estos ataques, ya sabes lo terribles que pueden ser. Aproximadamente un 4.7% de las personas han tenido un ataque de pánico en algún punto de sus vidas, y alrededor de 40 millones adultos viven con ansiedad crónica.
Una de las cosas que debes saber sobre los ataques de pánico es que son un síntoma del trastorno de pánico y aparecen de la nada, según la biblia de la salud mental: el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”. Sus síntomas físicos pueden incluir ritmo cardiaco acelerado, sudoración, náuseas, dolor en el pecho, mareos y pupilas dilatadas. También, suele presentarse sensación de muerte y de pérdida de control.
Con los ataques de ansiedad, las personas suelen experimental problemas para dormir, tensión muscular, irritabilidad, náusea, sudoración y dificultad para concentrarse –pero no son tan intensos, dice Todd Farchione, doctor y profesor investigador de Psychological and Brain Sciences, en la Universidad de Boston.
“Un ataque de pánico es el resultado de la activación del miedo –parte del sistema nervioso simpático”, dice Farchione. “Ocurre cuando no hay ningún factor externo que produzca miedo, por eso es tan extraño”. En un ataque de pánico, los niveles corporales de adrenalina activan la parte del cerebro que regula las emociones: la amígdala.
Esta inyección de adrenalina es lo que genera los síntomas del ataque de pánico. Cuando esos niveles se regulan, el cuerpo y su estado emocional vuelven a la normalidad.
Los ataques de ansiedad son similares, pero menos intensos, dice Farchione. “Con la ansiedad, se libera la hormona del estrés llamada cortisol, que no es igual que con un ataque de pánico”, dice él. Nos da un ejemplo: “si estuvieras en la selva y supieras que hay animales peligrosos cerca, estarías atento a cada movimiento y a todos los sonidos”, dice él. Eso es ansiedad. Pero si un león saltara de la nada y se te echara encima, entonces sentirías pánico.
Un ataque de pánico generalmente dura de 5 a 30 minutos, y se va así como apareció. “No puedes tener pánico por cinco horas, simplemente no es posible desde un punto de vista físico”, dice Farchione. Algunas veces, sin embargo, después de un ataque de pánico puede haber una “resaca”, en la que generalmente te preguntas cuándo volverás a tener uno de esos episodios.
“Pero sí puedes mantener un nivel muy alto de ansiedad por cinco horas”, dice él. Algunos ataques de ansiedad –como los que se generan por entrevistas de trabajo- vienen y van. Pero cuando existen trastornos de ansiedad, pueden ser crónicos y hasta pueden incapacitarte.
Los ataques de pánico y los ataques al corazón tienen muchos síntomas comunes, por eso los primeros son terribles. Si ya llegaste a la sala de emergencias, lo primero será que tu médico se asegure de que no estás sufriendo un ataque cardiaco, después intenta distraerte, dice Farchione: “lo normal es que cuando aparecen los síntomas físicos todo se vuelva más terrible de lo que es. Las personas comienzan a pensar nunca se me va a quitar, nunca se me va a quitar”, dice Farchione. Pero busca algo que te tranquilice, como algo de comer. “Puede ayudarte mucho centrar tu atención en otra cosa que no sea el pánico”, añade.
Aprender técnicas de relajación puede ayudarte con la ansiedad, según Psychology Today. Respirar profundo, hacer yoga o algún otro ejercicio para calmarte puede hacer que dejes de pensar en lo que te está preocupando.
Aunque técnicamente los ataques de pánico surgen de la nada, le ocurren a todos aquellos que padecen ansiedad, sea del tipo que sea. “Tú mismo puedes llevarte a un ataque de pánico”, dice Farchione.
“He estado en mi trabajo cuando el pensamiento ‘voy a perder mi empleo’ me llega. Y de repente creo que en verdad puede pasar y mi cuerpo reacciona como si hubiera peligro”. Este tipo de “ansiedad anticipada” puede llevarte a un ataque de ansiedad.
Aunque los trastornos de ansiedad son fácilmente tratables, sólo el 37% de las personas que los presentan buscan atenderse con un especialista. Esto significa que no sólo están batallando con los síntomas, sino que se están poniendo en riesgo de sufrir alguna de las consecuencias, como migrañas, presión arterial alta o problemas del corazón.
Los desórdenes de ansiedad son una de las enfermedades mentales más comunes, según la Anxiety and Depression Association of America. Atacan a 40 millones de personas mayores de 18 años, aproximadamente.
El National Institute of Mental Health, de Estados Unidos, reconoce al menos 5 trastornos de ansiedad: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático y trastorno de pánico (ataques recurrentes de pánico que llevan a temer más ataques).
Aunque cada tipo de ansiedad requiere un tratamiento distinto, muchas personas se sienten mejor siguiendo alguno de estos consejos:
Si tienes ataques de pánico frecuentemente, te recomendamos que busques algún tipo de terapia, dice Farchione. Esto te ayudará a cambiar la manera en que reaccionas a tus pensamientos. También podrías considerar tomar benzodiacepinas.
Algunas personas prefieren evitar las experiencias o lugares que les causan ansiedad, aunque ciertos tipos de terapia buscan exponer a las personas a sus miedos, poco a poco.
Tomado de rd.com Anxiety Attack vs. Panic Attack: How to Tell the Difference