¿Cuándo deberías dejar de hacerte pruebas de detección del cáncer?
No existe una edad exacta para dejar de hacerse pruebas de detección del cáncer. La decisión depende de la salud global, los antecedentes y los objetivos personales de cada paciente
Las pruebas de detección del cáncer son clave en la medicina preventiva: permiten descubrir la enfermedad en etapas tempranas, antes de que aparezcan síntomas, aumentando así las probabilidades de un tratamiento exitoso.
Sin embargo, a medida que envejecemos, los beneficios de estas pruebas pueden disminuir y, en algunos casos, incluso representar más riesgos que ventajas. Entonces surge la pregunta: ¿cuándo es momento de dejar de hacerse pruebas de detección de cáncer?
Existen diferentes pruebas para identificar los tipos más comunes de cáncer:
Mamografías para cáncer de mama.
Colonoscopias o pruebas de heces para cáncer de colon.
Tomografías computarizadas de baja dosis para cáncer de pulmón (en fumadores de larga duración).
Papanicolaou para cáncer de cuello uterino.
Análisis de PSA para cáncer de próstata.
Todas ellas ayudan a detectar la enfermedad en fases tempranas, cuando el tratamiento es más efectivo. No obstante, también conllevan riesgos que aumentan con la edad: falsos positivos, complicaciones por procedimientos invasivos, o diagnósticos de tumores de crecimiento muy lento que nunca causarían problemas de salud.
Las guías médicas internacionales sugieren que las pruebas no siempre son necesarias después de cierta edad:
Cáncer de colon: muchas guías recomiendan suspender el cribado a los 75 años.
Cáncer de pulmón: se suele recomendar suspenderlo a los 80 años.
Pero no se trata solo de cumplir años, sino de evaluar la salud general, los antecedentes familiares y la esperanza de vida.
Más allá de la edad cronológica, los especialistas recomiendan tomar en cuenta factores como:
Haber tenido cáncer previamente.
Antecedentes familiares.
Estado de salud (enfermedades cardíacas, memoria, movilidad).
Medicación y riesgo de complicaciones.
Nivel de independencia y calidad de vida.
Un paciente de 80 años en buen estado físico, activo y sin problemas graves podría beneficiarse de seguir con ciertas pruebas. En cambio, una persona con enfermedades graves o con una esperanza de vida limitada, probablemente no obtendría beneficios de continuar con ellas.
Si tienes dudas sobre si seguir haciéndote pruebas de detección del cáncer, considera preguntar:
¿Vale la pena que me siga haciendo esta prueba a mi edad y estado de salud?
¿Cuáles son los riesgos y beneficios para mí?
¿Qué alternativas tengo si dejamos de hacer pruebas?
¿Cómo afectaría mi calidad de vida un diagnóstico en esta etapa?
No existe una edad exacta para dejar de hacerse pruebas de detección del cáncer. La decisión depende de la salud global, los antecedentes y los objetivos personales de cada paciente. Hablar con un médico de confianza es fundamental para evaluar qué pruebas continúan siendo útiles y cuáles ya no aportan beneficios.
En última instancia, el objetivo no es hacerse todas las pruebas posibles, sino elegir aquellas que realmente mejoren la calidad y duración de la vida.