La mayoría lo ha sentido alguna vez: ese pequeño alivio al cancelar un compromiso social. Y aunque a menudo viene acompañado de culpa, la ciencia y la psicología coinciden en algo importante: cancelar un plan no es fallar, sino una forma legítima de autocuidado emocional.
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Según Sol Sánchez, experta en bienestar emocional y fundadora de Conscienthia, decidir no asistir a una reunión o evento puede contribuir a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, especialmente cuando se hace desde un lugar de honestidad y conexión con uno mismo.
“Muchas veces cancelar es escucharse. Es decirse la verdad: ‘Hoy no tengo energía para esto’. Cuando vamos por obligación, no estamos presentes del todo”, explica Sánchez en una entrevista con Vogue.
Decir “no” con honestidad también es cuidar tus vínculos
En lugar de pensar que estás defraudando a alguien, considera esto: decir que no a tiempo puede fortalecer las relaciones personales. Cuando actúas desde la verdad interna y comunicas con respeto, evitas resentimientos, malentendidos y sobrecargas emocionales.
Sánchez insiste en que no se trata de cancelar por capricho, sino de evaluar de forma honesta cómo te sientes física y emocionalmente antes de aceptar o mantener un compromiso. Esa evaluación sincera no solo preserva tu salud mental, también favorece vínculos más auténticos.
Menos cortisol, más equilibrio emocional
Desde una perspectiva fisiológica, el cuerpo reacciona mejor cuando se prioriza el descanso o el tiempo personal. El estrés crónico es uno de los principales generadores de desequilibrios hormonales, y tomar decisiones como cancelar un plan social de forma consciente puede ayudarte a regular esos niveles.
Además, prácticas como dormir mejor, poner límites, o reducir la autoexigencia también tienen un efecto positivo sobre el sistema nervioso y el bienestar general.
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Cancelar un plan no es sinónimo de aislamiento
Un concepto cada vez más popular entre adultos de entre 30 y 65 años es el JOMO (Joy of Missing Out), o la “alegría de perderse algo”. A diferencia del FOMO, que genera ansiedad por no estar presente, el JOMO se basa en tomar decisiones conscientes y alineadas con tus necesidades reales, no con la presión social.
“No es aislamiento, es discernimiento. No es egoísmo, es atención al momento presente”, resume Sánchez. Aprender a diferenciar entre una necesidad real de descanso y un patrón evasivo es clave para encontrar el equilibrio.
Cómo cancelar sin dañar la relación
Saber cómo comunicar una cancelación también influye en su efecto emocional. La recomendación de las especialistas en salud emocional es hablar con sinceridad y sin excusas innecesarias.
Aquí algunos consejos prácticos:
Comunica con antelación para evitar inconvenientes.
Sé claro y amable: un “me siento agotado y necesito descansar” es válido.
Evita justificar de más; no necesitas una larga explicación para cuidarte.
Cambiar de opinión también es madurez emocional
A veces aceptamos compromisos pensando en una versión futura de nosotros más descansada o disponible. Pero la vida cambia: se acumula el cansancio, surgen imprevistos, y tu cuerpo te pide frenar.
Aceptar que esa versión proyectada ya no es real también es un acto de salud mental. Como dice Sánchez, “ese ‘no tengo ganas’ no es desidia, sino una señal legítima de que algo cambió”.
Reflexionar para no caer en la evasión
Aunque cancelar un plan no es fallar, si esta práctica se vuelve un hábito sistemático, conviene preguntarse: ¿estoy evitando algo más profundo? ¿Temor al juicio? ¿Ansiedad social? La respuesta puede abrir la puerta a un trabajo emocional más profundo.
Saber decir no cuando es necesario fortalece el autoestima y evita el agotamiento. Pero también es importante revisar nuestras decisiones cuando se repiten por miedo o incomodidad.
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En resumen
Cancelar planes no es debilidad, ni irresponsabilidad. Es una forma de autocuidado emocional y madurez. Siempre que se haga desde la autenticidad y el respeto, puede convertirse en una herramienta poderosa para reducir el estrés, mejorar el bienestar mental y construir relaciones más honestas.