Las salsas y los aderezos untables envasados parecen durar indefinidamente, pero están muy expuestos a contaminarse con bacterias, lo que aumenta el riesgo de provocar intoxicación si se consumen. Los gérmenes pueden empezar a multiplicarse en cuanto destapas los frascos, sobre todo debido a lo que los especialistas llaman contaminación cruzada.
“Cuando preparamos sándwiches, por ejemplo, metemos el cuchillo en el frasco del aderezo, untamos con él las rebanadas de pan y lo introducimos otra vez en el envase”, señala Jessica Crandall, nutrióloga, educadora en diabetes y vocera nacional de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, quien reside en Denver, Colorado. “Al hacer esto, introducimos algunas bacterias en el frasco”. Y advierte algo más: si hay líquido sobrenadando en el producto o notas un cambio de color, tira el frasco a la basura.
Los quesos semiduros, como el cheddar y el gouda, contienen poca humedad. Esto los hace poco atractivos para las bacterias, de manera que pueden durar entre dos y cuatro meses en el refrigerador si se guardan correctamente. Los quesos blandos —entre ellos el ricotta, el brie, el feta, el queso crema y el queso de cabra— se echan a perder más rápidamente.
Una vez abiertos, duran una o dos semanas en el refrigerador. Si notas antes signos de descomposición en ellos (hongos de color azul verdoso, por ejemplo), no los comas; podrías intoxicarte.
Las rebanadas de jamón de cerdo y las de jamón de pavo deben consumirse dentro de los tres a cinco días posteriores a la compra o a la apertura del paquete. Te aconsejamos adquirir sólo lo que vayas a consumir en ese periodo; sé realista.
Las carnes frías se contaminan fácilmente con bacterias del género Listeria, que son patógenas y proliferan en ambientes fríos; por eso, aunque se refrigeren, no se conservan mucho tiempo. Si se ponen viscosas o huelen mal, deséchalas.
Los jugos envasados ordinarios por lo general se someten a un proceso de pasteurización que elimina las bacterias nocivas y prolonga su vida útil; en cambio, muchos jugos que se exprimen en frío no se pasteurizan, así que podrían estar contaminados. Para evitar riesgos, acude a un expendio cercano a tu hogar y compra sólo el jugo que vayas a consumir en los dos o tres días siguientes, y mantenlo refrigerado.
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A diferencia de otras verduras, los brotes crecen en ambientes tibios y húmedos. Bacterias como la Escherichia coli y las del género Salmonella proliferan en estas condiciones: unas cuantas bastan para formar una colonia entera. Los brotes no duran tanto como las hortalizas de hoja, así que no los consumas después de la fecha de caducidad.ç
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