¿Cuándo se considera a una persona descerebrada o “cerebralmente muerta”? Una de las cuestiones fundamentales y más controvertidas a que se enfrentan médicos, abogados, filósofos, teólogos y el común de la gente es cómo...
¿Cuándo se considera a una persona descerebrada o “cerebralmente muerta”?
Una de las cuestiones fundamentales y más controvertidas a que se enfrentan médicos, abogados, filósofos, teólogos y el común de la gente es cómo definir la muerte; cómo determinar si una persona está muerta o no.
Durante siglos se aceptó que la muerte sobrevenía cuando el corazón se paraba y cesaba la respiración, pero después se descubrió la manera de revivir el corazón y los pulmones y mantenerlos funcionando mediante aparatos mucho tiempo después de que los signos vitales típicos han cesado.
Fue entonces cuando surgió el concepto de muerte cerebral, lo que significa, en términos simplificados, que una persona muere cuando muere su cerebro.
El problema es que las autoridades no se ponen de acuerdo en lo que debe considerarse la muerte del cerebro.
Hay quien sostiene que el cerebro está muerto en cuanto deja de funcionar la corteza cerebral, la parte pensante y racional del cerebro; otros arguyen que para considerar muerto al cerebro tiene que haber dejado de funcionar también el tallo cerebral que gobierna los procesos vegetativos.
En 1968, un comité de la Escuela de Medicina de Harvard recomendó que se tomaran en cuenta cuatro criterios para determinar la muerte cerebral: falta de respuesta al tacto, el sonido y demás estímulos externos; que no haya movimientos ni respiración espontánea; que no se produzcan reflejos, y que el EEG resulte lineal, es decir, que el electroencefalógrafo no registre ninguna actividad eléctrica en el cerebro.
En muchos países se han aceptado las recomendaciones del grupo de Harvard para declarar muerta a una persona. Generalmente se hacen las pruebas dos veces con 24 horas de intervalo, pero otros han adoptado distintos criterios por lo que sigue en pie la pregunta: ¿cómo se puede determinar con toda seguridad el momento de la muerte?
Muerte cerebral o estado vegetativo
Existe una diferencia entre una persona “cerebralmente muerta” y otra en “estado vegetativo” (el término alude a las funciones vegetativas del tallo cerebral, no es peyorativo): la primera no suele sobrevivir mucho tiempo aunque se la mantenga en terapia intensiva; la segunda puede permanecer muchos años en ese estado, ya que todavía conserva intacto el tallo cerebral que regula las funciones vitales de su organismo.
Una ventana hacia el interior del cerebro
Los aparatos de tomografía transaxial por emisión de positrones permiten observar cómo funciona el cerebro.
Con ellos se puede seguir el rastro de un nutriente cerebral, como la glucosa, y “ver” cómo pasa por el cerebro y cómo lo metabolizan las células para obtener energía.
Esto se logra administrando al paciente glucosa marcada con un isótopo radiactivo inocuo que emite positrones (partículas de antimateria), los que al chocar con los electrones (partículas de materia) del cerebro producen descargas de energía que el aparato registra. La intensidad de las descargas varía de acuerdo con la actividad química del cerebro.