Las enfermedades de origen alimentario (intoxicación alimentaria) son muy comunes y pueden originarse fácilmente en casa si no manipulamos adecuadamente los alimentos que consumimos.
La inocuidad alimentaria es una corresponsabilidad tanto del fabricante como de las personas que manipulan los alimentos. Es una garantía de que un alimento no causará daño al consumidor cuando sea preparado o ingerido. Esto involucra preparar los alimentos de tal forma que se encuentren libres de microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos y levaduras) y sustancias químicas que puedan llegar a contaminarlos y producir una intoxicación alimentaria.
Para lograrla, hay que seguir algunas sencillas indicaciones:
Al comprar los alimentos: es importante revisar la fecha de caducidad del producto y hacer una inspección física del envase para asegurar que el producto no haya sido abierto, adulterado o presenta daños como abombamiento o golpes.
Una buena práctica es revisar que el producto tenga los datos del fabricante, en caso de ser necesario, contactarlos para dudas, comentarios o posibles reclamos.
Las manos son nuestro principal instrumento al preparar, guardar o consumir los alimentos, pero también son el principal vehículo de los microorganismos, por lo que hay que lavarlas con agua tibia y jabón por 20 segundos antes y después de manejar los alimentos o cada vez que amerite, por ejemplo, después de ir al baño, manipular dinero, tocar basura o animales domésticos. Además, es importante llevar siempre las uñas cortas y limpias, así como evitar el uso de anillos y pulseras.
A la hora de preparar los alimentos, se recomienda recoger el cabello para evitar que caiga en la comida. Una buena costumbre es utilizar un delantal exclusivo para preparar los alimentos, mismo que debe estar limpio y solamente usarse en el área de cocina. Además, si te encuentras enfermo, lo mejor es no preparar comida para otros.
Las bacterias, virus y parásitos pueden propagarse por la cocina e instalarse en las tablas de cortar, utensilios, esponjas, superficies de los mostradores y gabinetes.
Normalmente utilizamos una o dos tablas de picar para todos los alimentos, se recomienda tener mínimo 4 tablas diferentes: una para carnes rojas, otra para pollo, una para pescado y otra para frutas y verduras.
Se deben lavar y desinfectar constantemente los trapos de cocina, y almacenar la basura en recipientes con tapadera, apartados de las superficies de preparación de los alimentos, y no olvidar limpiarlos frecuentemente.
Algunas de las bacterias causantes de intoxicaciones alimentarias pueden multiplicarse a temperatura ambiente en muy poco tiempo, y una de las mejores maneras de evitar esto es refrigerar los alimentos entre 0°C y 4 °C.
Para evitar que la contaminación de un alimento con otro, es importante utilizar envases y tapas, y colocarlos adecuadamente en el refrigerador de acuerdo a las siguientes indicaciones:
Se debe cumplir con la regla: “lo primero que entra es lo primero que sale”, de esta manera, consumiremos primero aquellos productos con fecha de caducidad más próxima.
Los alimentos que no necesitan refrigeración deben colocarse en un lugar fresco y seco. No almacenar productos o limpiadores químicos junto con alimentos, así como nunca utilizar recipientes que hayan contenido productos no alimenticios o sustancias químicas para almacenar alimentos.
Lo adecuado es descongelar los alimentos en el estante inferior del refrigerador, durante 24 horas o en el microondas utilizando la opción “defrost” o “descongelar”. No se deben colocar los alimentos en una superficie o en el fregadero para descongelarlos a temperatura ambiente ya que se pueden llegar a desarrollar rápidamente bacterias.
Una vez descongelados, los alimentos deben cocinarse inmediatamente.
Para asegurarse de que tus alimentos estén cocidos o preparados adecuadamente, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Todos los miembros de la familia o personas con las que compartes vivienda son co-responsables de mantener la higiene de los alimentos, por lo que deben tomar en cuenta estas recomendaciones para garantizar la inocuidad en los alimentos que compran, preparan y consumen, reduciendo así sus probabilidades de enfermar.
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