Cuida tu piel durante el invierno
Descubre qué es lo que debes hacer para evitar que tu piel sea una víctima más de la resequedad, el agrietamiento y la irritación este invierno.
Exfoliar regularmente tu piel es una forma efectiva de deshacerse de las células muertas, las cuales tienden a ser gruesas y secas. Además, permite a los humectantes penetrar mejor en la piel. La exfoliación promueve la renovación celular al permitir que nuevas células, mejor humectadas, surjan a la superficie. Las nuevas células son profundamente penetradas por los humectantes y así ayudan a tu piel a permanecer hidratada por más tiempo.
Usando un humectante que contenga ingredientes como vitamina E, manteca de karité o cualquier otro elemento humectante natural protegerás a tu piel de los efectos del invierno. Estos ingredientes naturales se encuentran entre los menos costosos en el mercado y ayudan a mantener la humectación todo el día ya son hechos pensando en los ácidos grasos que nuestro cuerpo necesita.
Si padeces la incomodidad de una piel seca deberías considerar el uso de una crema nocturna especial para tu cara. Las cremas nocturnas están hechas con ingredientes reparadores y regeneradores, como aceite de aguacate, que penetran en la piel lentamente mientras duermes y la hidratan a profundidad para que permanezca humectada al día siguiente.
El agresivo viento del invierno puede provocar secar e irritar tu piel. La mejor manera de proteger tu piel del inclemente frío es mantenerla cubierta; envuelve tu cuello, mentón y mejillas en una cálida bufanda y usa un sombrero o gorro para proteger tu frente.
La hidratación comienza de dentro hacia fuera. Si quieres asegurarte de que tu piel se encuentra hidratada tu cuerpo necesita estar hidratado también. De acuerdo con la Guía Canadiense de la Comida, debes consumir de 30 a 45 ml (de 2 a 3 cucharadas) de grasas no saturadas y aceites además de entre 9 y 13 vasos de agua.
¿Cómo proteges tu piel de la resequedad?