El rotavirus es el principal agente causante de diarreas tan severas que pueden ocasionar la muerte de los menores de edad si no se atienden oportunamente.
El rotavirus es el principal agente causante de diarreas tan severas que pueden ocasionar la muerte de los menores de edad si no se atienden oportunamente. Antes esos episodios diarreicos eran propios de la época de calor, pero ahora también se presentan en la temporada invernal.
Aunque es una infección que puede ocasionar graves complicaciones e incluso la muerte principalmente en los primeros años de la vida —siendo los recién nacidos los más afectados— este virus ataca a personas de todas edades y todos los estratos sociales, así que la vacunación se vuelve fundamental en todas las etapas, no solo en la infancia.
El rotavirus es la quinta causa de muerte en niños menores de cinco años en el mundo. Se sabe que prácticamente todos los menores de edad tienen diarrea por rotavirus en algún momento y, sobre todo, pueden infectarse varias veces, pues existen cinco cepas diferentes.
En el 2007, previo a la introducción de la vacuna, se registraron 600 mil muertes alrededor del mundo; en 2017, ya con la inmunización implementada en decenas de países, la mortalidad por rotavirus fue de 200 mil menores.
El rotavirus es un virus democrático. No reconoce si es un niño rico o pobre, moreno o rubio. Este virus circula en el medio ambiente y cualquier menor o adulto que no sea lo suficientemente fuerte puede infectarse. Tampoco importa si es un país industrializado o en el tercer mundo, aunque lo que sí varía es el riesgo de muerte, pues mientras es un país pobre fallece 1 de cada 200 niños contagiados, en una nación rica muere 1 por cada 250,000 contagiados.
En la década de los 80 en México se morían alrededor de 3000 niños al año por enfermedad diarreica, una cifra inaceptable porque la diarrea es una enfermedad controlable. La situación mejoró con la introducción de la rehidratación oral, pues el niño era atendido en el hospital, pero no internado.
“Se le enseñaba a la madre el método de rehidratación y el niño ya no era hospitalizado, así que corría menos riesgo de infectarse con otros padecimientos” recuerda la Dra. Mercedes Macías Parra, infectóloga pediátrica por la Universidad de Texas en Estados Unidos.
Luego, ante una amenaza inminente de un brote de cólera proveniente de Perú, el gobierno reforzó la cloración del agua, factor contribuyó en forma significativa a la mortalidad por diarrea.
Pero la introducción de la vacuna contra el rotavirus cambió todo el panorama mexicano. En los 80 la diarrea era la principal causa de muerte en los menores de cinco años, en los 90 pasó al tercer lugar, en la primera década del siglo XXI se fue al quinto y ahora ocupa el sexto lugar.
Actualmente en México existen dos vacunas —ambas de administración oral— que deben darse a los niños a partir de las seis semanas de nacimiento. Es muy importante que los niños se vacunen antes de los ocho meses de edad, porque la mortalidad por rotavirus es muy alta los primeros meses, alta los primeros dos años y menos frecuente, pero aún importante, hasta los cinco años. “A veces el niño vomita tras la toma, pero no es necesario que se reaplique la dosis” especifica la pediatra Macías Parra.
“Los antibióticos no sirven para enfermedades virales como en rotavirus”
El esquema universal de vacunación de rotavirus está presente en 95 países, y aunque su impacto en la disminución de la morbilidad y la mortalidad por esta enfermedad varía, en todos hay buenas noticias. Se sabe que en América se han evitado 16 mil fallecimientos y que por cada niño vacunado el sector salud se ha ahorrado 2,533 dólares. “Las vacunas son una inversión”.
El contacto directo fecal-oral se considera la manera más importante de transmisión. El virus es altamente infectante y muy estable en el medio ambiente: puede sobrevivir horas en las manos e incluso días en superficies sólidas, y permanece estable e infeccioso en heces humanas, hasta por una semana.
Los síntomas aparecen aproximadamente dos días después de la exposición al virus, y los niños infectados pueden presentar
Otros posibles síntomas son pérdida de apetito y deshidratación (pérdida de líquidos corporales), lo que puede ser especialmente peligroso para los bebés y los niños pequeños.
En los adultos que se enferman por rotavirus los síntomas suelen ser menores
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