¿Por qué cambia tanto la piel después de los 60 años?
Con el paso del tiempo, la piel pierde grosor, elasticidad y se vuelve más frágil. Esto sucede por varios factores: cambios hormonales, pérdida de colágeno y elastina, deshidratación y disminución de la producción natural de lípidos como los ceramidas. Todo eso provoca que se vea más delgada, seca y sensible.
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Según el dermatólogo certificado Dr. Anar Mikailov, este desgaste tiene nombre: dermatoporosis, un término que describe la fragilidad crónica de la piel en adultos mayores. Afecta aproximadamente al 40% de las personas mayores de 60 años.
Pero no todo está perdido. Existen estrategias efectivas para cuidar la piel después de los 60 y recuperar firmeza, hidratación y resistencia. Aquí te compartimos las más importantes.
1. Ayuda a tu piel a recuperar colágeno
La pérdida de colágeno es una de las principales causas del afinamiento de la piel. Durante la menopausia, las mujeres pueden perder hasta 30% de colágeno en solo cinco años. Después, la caída sigue a un ritmo de 2% por año.
¿Qué puedes hacer?
- Usa retinol o sus alternativas: Estimula la producción de colágeno, pero puede ser agresivo. Si tu piel es sensible, busca versiones más suaves como el bakuchiol.
- Sérums con vitamina C: Es un antioxidante que protege y estimula la síntesis de colágeno.
- Suplementos de colágeno: Los péptidos de colágeno hidrolizado ayudan a los fibroblastos de la piel a producir colágeno y elastina.
- Luz roja e infrarroja (fotobiomodulación): Estas terapias estimulan la piel desde el interior, ayudando a regenerar colágeno.
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2. Cambia a una crema más hidratante y sin irritantes
Con el envejecimiento, la piel se vuelve más permeable y vulnerable a agentes externos. Por eso, es común que se vuelva más sensible o reactiva.
Opta por una crema rica en:
- Ceramidas
- Ácido hialurónico
- Ácidos grasos y aminoácidos
- Colesterol
Evita productos con fragancias, aceites esenciales, parabenos, ftalatos y derivados del petróleo. Busca fórmulas enfocadas en reparar la barrera cutánea, ya que esto no solo mejora la piel, también reduce la inflamación interna.
3. Duerme bien: tu piel también lo necesita
Una sola noche mal dormida puede hacer que tu piel se vea más opaca, hinchada y con más líneas finas. A largo plazo, la falta de sueño acelera la pérdida de colágeno, genera flacidez y aumenta la aparición de arrugas.
Dormir al menos 7–8 horas ayuda a:
- Regenerar la piel durante la noche.
- Mejorar la oxigenación celular.
- Reducir el estrés y la inflamación.
- Mantener la elasticidad natural.
Si tienes insomnio o dificultad para descansar, mejora tu rutina nocturna: sin pantallas antes de dormir, infusiones relajantes, lectura ligera y una rutina de cuidado facial que te relaje.
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4. Bonus: Considera tratamientos profesionales no invasivos
El cuidado en casa es fundamental, pero si quieres resultados más notorios, puedes acudir a tratamientos dermatológicos no invasivos como:
- Terapias con láser
- Ultrasonido tipo Sofwave
- PRP o PRF (plasma rico en plaquetas)
- Radiofrecuencia o microneedling
Consulta con tu dermatólogo de confianza para encontrar el tratamiento adecuado según tu tipo de piel y tus objetivos.
Conclusión: tu piel puede seguir siendo tu mejor aliada
Después de los 60, cuidar tu piel es una inversión en bienestar y autoestima. No se trata de revertir el tiempo, sino de envejecer bien: con una piel firme, hidratada y saludable.
Aplica estos consejos con constancia:
- Estimula la producción de colágeno.
- Protege tu barrera cutánea con cremas adecuadas.
- Prioriza un buen descanso.
- Y si lo necesitas, busca apoyo profesional.
Tu piel ha hecho mucho por ti. Ahora, tú puedes hacer mucho por ella.