¡Cuidado! Peligros del consumo de té verde
En la actualidad es muy común el consumo de ciertos alimentos que prometen una serie de beneficios casi milagrosos para nuestro organismo. Uno de ellos es, sin duda, el té verde, una bebida ancestral...
Uno de ellos es, sin duda, el té verde, una bebida ancestral que ha sido cultivada por siglos en países como India y China, y que promete muchos beneficios para la salud.
Gracias a la popularidad que ha adquirido, en la actualidad el té se ha convertido en la bebida más consumida en el mundo, sólo después del agua y el café. Culturalmente, esta infusión era incluso utilizada dentro de la medicina tradicional como estimulante, diurético, astringente y para mejorar la salud del corazón.
Otros usos de esta maravilla natural incluyen la regulación de la temperatura corporal y el azúcar en la sangre. También podría mejorar tu digestión y procesos cognitivos.
Los científicos creen que dichos beneficios se deben, principalmente, a la presencia de polifenoles: sustancias químicas que tienen un poderoso agente antioxidante. Aquellos que se encuentran en el té verde superan los efectos antioxidantes de los polifenoles contenidos en la vitamina C. Este agente también es el responsable del toque amargo en su sabor.
El té verde también contiene alcaloides, incluyendo cafeína, teobromina y teofilina. Proporcionan los efectos estimulantes del té verde. La L-teanina, un compuesto de aminoácidos que se encuentra en el té verde, ha sido estudiado por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso.
Además, el té verde es una de las infusiones más utilizadas en dietas y regímenes alimentarios, se usa en múltiples preparaciones como platillos y postres y podemos adquirirlo en múltiples presentaciones, tales como el clásico empaque con la hoja seca o en forma de cápsula.
En promedio, una taza de té verde contiene entre 50 y 150 mg de antioxidantes. Entre sus beneficios más importantes se encuentra la prevención de varios tipos de cáncer, pérdida de peso, disminución en los niveles de colesterol y padecimientos hepáticos… una maravilla natural y completa, ¿no creen?
Pese a todo lo anterior, es bien sabido que el consumo en exceso de cualquier cosa puede resultar perjudicial para el organismo y, desafortunadamente, el té verde no es la excepción. De acuerdo con el doctor Zuo Zhang Feng, del Centro Médico de la Universidad de Maryland, beberlo de manera excesiva también tiene sus aspectos negativos, los cuales pueden ocasionar malestares asociados al contenido de cafeína. Entre ellos destacan:
La situación con este producto puede empeorar si tomamos en cuenta diversos factores que podrían desencadenar efectos secundarios debido a algunas sustancias activas contenidas en las hierbas. En ocasiones, incluso se recomienda estar bajo la supervisión de un médico con conocimientos en botánica antes de consumir alguna sustancia de este tipo.
El té verde no es recomendable para personas con problemas cardiacos, renales, hepáticos o con hipertensión. Las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia también deben evitar esta bebida.
Las personas que padecen anemia, diabetes, glaucoma u osteoporosis deben preguntar a su médico antes de tomarlo.
El problema es el contenido de cafeína de este producto. Exceder la dosis puede causar malestares como náuseas, vómitos, diarrea, dolores de cabeza y pérdida del apetito. Hay que estar muy atentos a estos síntomas, ya que podría existir intoxicación por cafeína sin saberlo. Si sus síntomas son graves, disminuye su consumo y consulta a tu médico.
Otro punto a tener en cuenta es que esta infusión puede incrementar su nivel de posible peligro si es combinada con ciertos fármacos, como píldoras anticonceptivas, antibióticos, anticoagulantes, estimulantes o alcohol.
Ante las dos caras de la moneda de esta bebida, el doctor Feng, científico de la Universidad de Maryland, ha recomendado el consumo diario de una o dos tazas de té verde. Con esto, se podrán obtener los beneficios de esta bebida y el riesgo de alguna reacción adversa se verá disminuido.
¿Acostumbras beber esta infusión? ¿Cada cuándo lo haces? ¿Has sentido algún cambio con el consumo?
Fuente: University of Maryland Medical Center