Cuidados de la diabetes en el verano
Las complicaciones típicas de la diabetes tipo 2 (presión elevada y riesgo de cardiopatías) empeoran con el clima del verano, y puede afectar tu desempeño.
“No te olvides del calor ni de la humedad. La combinación puede resultar peligrosa”, advierte la doctora Paris Roach, endocrinóloga del hospital Indiana University Health. “Hay evidencia de que las personas con diabetes podrían no percibir el calor como los demás y, por ello, quizá no suden tanto”. El sudor nos refresca de dos formas: la humedad en la piel baja nuestra temperatura y, conforme se va evaporando, nos enfría aún más.
“Los pacientes diabéticos deben tomar precauciones adicionales para evitar el sobrecalentamiento y la deshidratación”, dice la doctora Roach. Antes de salir, consulta la sensación térmica: esta medida te indicará cómo se percibe la temperatura al combinarse con la humedad relativa.
Si estás bajo el sol, la sensación térmica podría aumentar en casi un grado. Sigue la regla fundamental de la doctora Subang: “Si tu sombra es más corta que tú, busca un techo para protegerte”.
“Hay varias razones por las que la temporada de verano, con su calor y humedad, puede generar contratiempos a los diabéticos”, dice la doctora Maria Subang, endocrinóloga del consorcio médico Kaiser Permanente, en Colorado. Por ejemplo, del 60 al 70 por ciento de las personas con diabetes presentan daño en los nervios, que puede afectar múltiples órganos, incluyendo las glándulas sudoríparas que ayudan a enfriar nuestro cuerpo.
“No mantenernos frescos puede provocar emergencias médicas, como agotamientos y golpes de calor”, señala Subang.
Toma en cuenta que el calor de estos días podría aumentar tu nivel de glucosa en la sangre, lo que se traduciría en más viajes al baño y, a su vez, en pérdida de líquidos.
“Cuando la glucosa sube, se incrementa el riesgo de deshidratación; por eso es muy importante mantenernos bien hidratados”, indica la doctora Sarah Rettinger, endocrinóloga del Centro de Salud Providence Saint John en Santa Mónica, California. Beber té helado, refrescos o alcohol podría darte la falsa impresión de que estás tomando suficientes líquidos porque no tienes sed, pero las bebidas con cafeína, alcohol o azúcar pueden deshidratarte y afectar tus niveles de glucosa sanguínea.
“La deshidratación afecta al organismo y aumenta el nivel de glucosa en la sangre, creando un círculo vicioso”. Si tu orina tiene un color amarillo oscuro, o si te sientes torpe o mareado, es posible que estés deshidratado.
Para estar prevenido, lleva siempre contigo tabletas o geles de glucosa de acción rápida. Quizá pienses que es normal que el sudor empape tu ropa, pero si eres diabético, esto es una señal de peligro. “El aspecto engañoso de la hipoglucemia en ambientes cálidos o templados es que el sudor, que nos advierte que hay riesgo de sufrir un descenso de glucosa, suele ser interpretado como sudoración normal provocada por la temperatura y la actividad”, explica la doctora Roach. En general, podrías sentirte tembloroso y sudoroso antes de que la hipoglucemia se manifieste por completo. Si tienes dudas, revisa tus niveles de glucosa sanguínea.
¿Seguro que eres un experto en el uso de protector solar? En algún punto de nuestras vidas, todos hemos cometido el error de no prepararnos bien para exponernos al sol y terminamos con quemaduras. Lo que quizá no sabías es que éstas podrían elevar los niveles de glucosa en la sangre.
“Las quemaduras solares pueden causar estrés fisiológico o estrés corporal”, señala la doctora Roach. Las quemaduras de sol no son la única fuente de éste: cualquier herida o enfermedad de consideración (hasta la gripe) puede dificultar el control de los niveles de glucosa.
Debido a sus problemas circulatorios, los diabéticos saben que deben tomar muchas precauciones para que sus pies estén sanos. Sobre todo durante el verano, cuando es tentador quitarse los tenis o sandalias y sentir el pasto o la cálida arena bajo los pies. ¡Conténganse!, sugiere la doctora Subang.
“La diabetes puede dañar considerablemente las terminales nerviosas de los pies, lo cual significaría que quizá no sientan el calor extremo que emana del pavimento o de la arena”, afirma. “Esto podría quemar los pies, con todas las complicaciones derivadas. Es mejor usar zapatos y calcetines, o sandalias, siempre que sea posible”.
Si decides andar descalzo, revisa tus pies después: hasta una pequeña cortadura o lesión podría provocar una infección seria o una úlcera cuando tienes diabetes.
Algunos medicamentos —por ejemplo, los que nivelan la presión sanguínea— actúan como diuréticos, y esto hace que orines más. “Las personas que toman medicamentos para controlar la presión arterial deben preguntarle al médico la cantidad adecuada de líquidos que deben beber, pues tomar demasiados podría causar una descompensación de electrolitos”, afirma Roach.
Existen opciones naturistas para reducir la presión sanguínea. Consulta al médico antes de probarlas.
“Durante el verano, es importante elegir con cuidado los puntos en los que te inyectas”, dice la doctora Magdalena Szkudlinska, endocrinóloga especialista en diabetes y trastornos de la tiroides del Pacific Medical Center de Seattle. “El calor dilata los vasos sanguíneos, por lo que la insulina se absorbe más rápido. Esto puede hacer que una persona con diabetes corra el riesgo de presentar bajos niveles de glucosa en la sangre”, agrega.
Evita las áreas sudorosas y expuestas al sol, y no intentes reducir tu temperatura con una compresa de hielo. “Es mejor buscar los interiores y esperar de 15 a 20 minutos antes de inyectarte”, recomienda.
Las tiras reactivas, los medidores y la insulina no deben exponerse a temperaturas elevadas. Usa una hielera pequeña o una lonchera térmica para mantenerlos frescos. “Cuando salgas de casa deberás mantener la insulina a una temperatura menor a 30 grados celsius”.
Aunque quieras descansar de tu enfermedad, quizá debas prestar más atención al control de la diabetes tipo 2 durante el verano. Las altas temperaturas pueden alterar la manera en que tu organismo utiliza la insulina.
“Debes monitorear tu glucosa con más frecuencia si haces actividades en exteriores con clima cálido: esto te ayudará a detectar las tendencias antes de que tus niveles de glucosa sanguínea varíen radicalmente”, indica Roach. Tal vez necesites ajustar tu dosis de insulina, además de lo que comes y bebes.