Aprovecha estos remedios para el dolor de rodillas
Las molestias en las rodillas pueden ser por una lesión o por ejercicio. Puede empezar como una molestia leve y empeorar paulatinamente.
Las molestias en las rodillas pueden ser por una lesión o por ejercicio. Puede empezar como una molestia leve y empeorar paulatinamente.
No dejes el ejercicio, pues fortalece los músculos que sostienen las rodillas.
Si tienes dolor, evita sólo correr y hacer extensiones completas de las piernas en aparatos de pesas.
He aquí los ejercicios óptimos: caminar, montar en bicicleta y los de “cadena cinética cerrada”, en los cuales los pies se mantienen apoyados (como la caminadora elíptica).
En un estudio de mujeres, la leche descremada o con 1% de grasa ayudó a frenar la osteoartritis de rodillas.
Otra investigación indica que quienes comen frutas ricas en vitamina C son menos propensos a la osteoartritis.
En un tercer estudio, tomar todos los días un complemento con 510 mg de extracto de jengibre alivió el dolor de rodillas en artríticos.
Las bolsas de verduras congeladas son compresas eficaces para calmar el dolor y la inflamación.
En caso de lesión o de un acceso de artritis, envuelve la articulación afectada con una de estas bolsas durante 20 minutos cada hora.
Con cada kilo menos, las rodillas obtienen un beneficio equivalente a reducir cinco.
El ejercicio y una dieta saludable ayudan por sí solos a adelgazar, pero según un reciente estudio, combinarlos es lo mejor para aliviar el dolor y restablecer la función.
No en todos los casos son útiles; por eso, al promediarse los resultados de los estudios, parecen ineficaces.
Pruébalas durante dos o tres meses para saber si funcionan en tu caso.
Medicamentos como el ibuprofeno (Advil) son preferibles al paracetamol (Tylenol).
Si tu estómago lo tolera, tómalo de 10 a 14 días. “Así es mucho más eficaz que de forma intermitente”, dice la doctora Elizabeth Matzkin, de la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos.
Los cortiocosteroides infiltrados en las rodillas alivian el dolor al reducir la inflamación, pero su efecto es temporal.
Como las infiltraciones repetidas pueden deteriorar el cartílago, los médicos suelen limitarlas a tres o cuatro al año.
Si los remedios menos invasivos no te han dado resultado, ten en cuenta esta opción, en la que el cirujano sustituye con implantes de plástico y metal el cartílago dañado de las
superficies de contacto de fémur y tibia.
Es la alternativa más drástica, pero podría devolverte la capacidad de subir escaleras.
Consiste en extraer sangre del paciente, tratarla con unas proteínas concentradas llamadas factores de crecimiento e infiltrarla en la rodilla.
Se ha empleado para tratar esguinces en deportistas, y hay pruebas preliminares de que mitiga el dolor de rodillas. Si más estudios lo respaldan, el tratamiento podría generalizarse dentro de pocos años.
Fuentes: Dr. Michael J. Stuart, profesor de cirugía ortopédica en la Clínica Mayo