Dale la bienvenida a la Navidad
Hay muchas maneras de anunciarla. En algunos lugares existen campanilleros que recorren las calles con su música, en otros se hacen ferias o conciertos.
En la tradición cristiana, los anuncios del nacimiento del Niño Dios siempre son una buena nueva que hay que compartir. El arcángel Gabriel anuncia primero la concepción a María. Después, otro ángel comunica ese nacimiento a José, para explicarle que ya viene el hijo de Dios. Cuando Jesús nace, un ángel comparte esa buena noticia a los pastores para que vayan a adorarlo.
De esta tradición de anuncios angélicos es de donde surge la idea de felicitar a través de tarjetas o mediante mensajes en guirnaldas, coronas, etcétera. Aunque es más cómodo comprarlas, hacerlas a mano les da una personalidad que no pueden ofrecer las tiendas.
Para hacer una guirnalda, puedes recortar letras de cartulina o hacerlas con tela y colocarlas en la puerta de casa; es la mejor manera de dar la bienvenida y ofrecerles nuestros mejores deseos a los que nos visitan en Navidad.
Hacer una cuenta atrás con un calendario desde el día 1 de diciembre hasta el 24, Nochebuena, es una costumbre que se remonta a la Alemania del siglo xix, y que hoy día se ha popularizado en todo el mundo.
Los primeros calendarios eran móviles, es decir, comenzaban con el inicio del Adviento, que dura cuatro domingos antes del día de Navidad. Para simplificar las cosas, los calendarios que se comercializan en la actualidad siempre comienzan el 1 de diciembre, de manera que incluyen 24 apartados para esconder pequeños regalos.
En su origen, el Adviento era un tiempo de reflexión espiritual, preparación y oración ante la proximidad de la fecha del nacimiento de Cristo, y esa espera se simbolizaba encendiendo velas.
Hoy se trata más de una alegre espera orientada a los niños, ya que los calendarios no se limitan a presentar una sucesión del día a día, sino que incluyen pequeñas sorpresas, generalmente dulces, en cada jornada. No es indispensable que oculten algo comestible: el calendario puede ser de cartulina y descubrir simplemente una imagen o un pensamiento en cada ventanita.
¿Colocas la tradicional corona en la puerta de tu hogar?