¿De dónde obtiene la célula su energía?
En nuestro cuerpo se produce un compuesto químico llamado trifosfato de adenosina (ATP) que proporciona energía a la célula tal como lo hace la electricidad en una fábrica. Sin el ATP no podríamos movernos, ni siquiera pensar; todos los procesos que nos mantienen vivos cesarían.
Cada célula produce el ATP que necesita a expensas de los nutrientes que se le proporcionan. La producción corre a cargo, fundamentalmente, de unos organelos del citoplasma llamados mitocondrias, que pueden considerarse como las plantas eléctricas de la célula.
Las células casi no almacenan ATP, lo van formando a medida que lo necesitan; en un momento dado el organismo probablemente no contenga en total más de 88 ml de este compuesto; sin embargo, en las personas muy activas las células llegan a producir al día una cantidad de ATP equivalente al peso de todo el cuerpo. Si se pudiera ir extrayendo y cristalizando el ATP que las células pueden fabricar a expensas de 3 500 calorías de alimentos, se formaría un montón de polvo blanco que ocuparía 80 dm3. Suponiendo que la energía química contenida en ese polvo se pudiera convertir en energía eléctrica, bastaría para mantener prendidos 1 500 focos de 100 vatios durante un minuto.
¿Qué es nuestro medio interno?
El medio externo, o medio ambiente, es un concepto con el que estamos familiarizados, pero desde mediados del siglo XIX los fisiólogos han estado hablando de algo más difícil de entender: el medio interno. Miles de seres vivos, en su mayoría marinos, no cuentan con un medio interno; en cambio los animales terrestres, incluyendo la especie humana, no podríamos vivir sin él. Nuestro medio interno, cosa curiosa, es muy parecido al agua de mar.
El medio interno lo compone el líquido extracelular, llamado así porque se encuentra fuera de las células. Una tercera parte del líquido que contiene nuestro cuerpo es extracelular; las otras dos terceras partes corresponden a las células y constituyen el líquido intracelular. Hay varios tipos de líquido extracelular, entre ellos el plasma sanguíneo, los fluidos oculares, el líquido cerebroespinal y los jugos digestivos.
El líquido extracelular se va renovando continuamente y está en constante movimiento. Baña las células que, como dicen los fisiólogos, habitan en él lo mismo que las criaturas marinas en el océano. Las células pueden vivir, crecer y multiplicarse en este medio interno mientras contenga las cantidades adecuadas de aminoácidos, grasas, glucosa, electrolitos (sales) y oxígeno.
Los porqués del cuerpo humano
Aunque la congelación no elimina los microorganismos, sí detiene su proliferación, preservando así las propiedades…
El cáncer de estómago comienza con un crecimiento descontrolado de células en el tejido gástrico,…
Un equipo de investigadores ha hecho un avance significativo en la biología humana creando un…
El salmón, ese pescado de carne rosada y sabor suave, es mucho más que un…
¿Quieres sentirte más joven y lleno de energía? El calostro bovino puede ser la clave.
Tres expertos veterinarios nos ofrecen algunos consejos para acampar con perros, desde cómo prepararte y…
Esta web usa cookies.