Deadpool 2, regresa nuestro mercenario favorito
Wade Wilson intenta encontrar un sentido de pertenencia, una familia que lo adopte como es, con sus incontenible gusto por matar malos y su sarcasmo irreverente.
Alfred Hitchcock impuso una regla cuando estreno psicosis: “Usted debe ver “Psicosis” desde el principio. Por lo tanto, nadie va a ser admitido en el teatro una vez comenzada la película. Cuando digo nadie, es nadie; ni siquiera el hermano del administrador, el Presidente de los Estados unidos o la Reina de Inglaterra (¡Dios la bendiga!)”.
Es una regla de etiqueta que honestamente todos deberíamos seguír cuando compramos un boleto de cine (nada en el mundo molesta más que perderte segundos de una película que has esperado por meses por que las personas que llegan tarde quieren pasar a su butaca).
Deadpool sigue con esta norma, si no llegas a tiempo, no entres, no vas a entender que está pasando en la película. Estamos acostumbrados a ver que el héroe salve a la damisela en peligro, así que prepárense para que se les rompa el corazón.
Después de perderlo todo, Wade Wilson intenta encontrar un sentido de pertenencia, una familia que lo adopte como es, con sus incontenible gusto por matar malos y su sarcasmo irreverente.
En esta búsqueda, en donde a pesar de que él no lo nota, sus amigos, los que siempre han estado allí, son los que lo recogen hecho pedazos y lo ayudan a volver a construirse parte por parte, terminando con su corazón.
En esta secuela, vamos a poder ver un lado más humano del antihéroe, sus ganas inútiles de morir, un pequeño vistazo a su pasado y por supuesto la necesidad de no estar solo, de jugar en equipo, de encontrar a otros como él, mutantes imperfectos que necesitan un poco de comprensión en sus vidas.
Como pasa en todas las películas que tienen viajes en el tiempo, una buena o mala decisión es el detonante de los sucesos del futuro, como un efecto mariposa, un evento tras otro marca el camino por el cual hemos de caminar, pero conocer el futuro no siempre es malo, y al final, un poco de atención a un niño con el corazón roto, puede ser la clave para que el mundo sea un lugar mejor.
En medio de un mar de películas de súper héroes Deadpool llega con una bocanada de aire fresco, burlándose de las tramas predecibles, de los movimientos de cámara que ya tenemos perfectamente asociados con tomas de acción, del exceso de efectos especiales en medio de batallas épicas y un soundtrack que no paró de sorprenderme a lo largo de las 2 horas que dura la película.
Con la atinadísima actuación de Ryan Reynolds, este antihéroe logra llevar su principal característica desde el impreso hasta la pantalla, el mercenario más irreverente de los comics los espera en la sala de cine más cercana.
No olviden que hay un par de escenas post créditos, por favor quédense, valen muchísimo la pena. Y tengan cuidado con perderse un segundo de la película, por que hay un par de cameos buenísimos que no se pueden perder.
¡Pero mira el trailer!