El espagueti cuenta, y el pollo y el arroz también, pero la pizza congelada no (lo sentimos). Aprender a preparar una comida —desde elegir una receta y comprar los ingredientes hasta cocinar y limpiar todo después— es una destreza básica para toda persona a la que le guste comer (o sea, para todo el mundo).
No tienes que ser un chef, ni cocinar nada con más de cinco ingredientes, pero te sorprenderá lo enriquecedor y divertido que puede ser jugar en la cocina. Además, la comida hecha en casa tiene numerosos beneficios para la salud.
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Entrar a un supermercado sin una lista en el bolsillo es la manera más rápida de malgastar tu dinero y terminar en casa con tres cajas de galletas y ningún litro de leche.
Hacer el esfuerzo de planificar las comidas, escribir una lista detallada de comestibles y seguirla al pie de la letra te ahorrará dinero, tiempo y frustración. Para facilitarte la tarea, empieza a hacer la lista un lunes y ve completándola conforme avance la semana.
A muchos compradores profesionales les resulta útil dividir la lista en categorías, como frutas y verduras, lácteos y productos congelados; así no tienen que recorrer toda la tienda para encontrar lo anotado en su lista.
Sólo ten cuidado con los conocidos trucos de los supermercados para vaciarte la billetera.
Tener un empleo ayuda a decidirlo todo, desde el lugar donde vives y lo que comes hasta lo feliz que te sientes, así que más vale que elijas uno bueno.
El primer paso para conseguir el trabajo de tus sueños es redactar un buen currículum. En Internet puedes encontrar muchos sitios que enseñan cómo hacerlo.
Mastica con la boca cerrada; aprende a usar el tenedor que corresponde a cada plato; extiende una servilleta de tela sobre tus piernas; no tomes los alimentos con los dedos; no sorbas la sopa; sirve la comida de las fuentes a tu plato, y no te la lleves directamente a la boca. Y repetimos la primera regla para que se te grabe: mastica con la boca cerrada.
Haz que tu madre se sienta orgullosa teniendo buenos modales en la mesa, ya sea que estés comiendo en tu casa, en la fiesta de tus vecinos o en un restaurante de lujo.
Aprender algunas habilidades básicas, como hacer agujeros con un taladro eléctrico, nivelar cuadros colgados en las paredes, desatascar un escusado, arreglar una llave de agua que gotea, resanar orificios y pequeñas grietas en muros de yeso y hacer otros arreglos en el hogar te simplificará la vida y te ahorrará parte del dinero que con tanto esfuerzo ganas.
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Los autos son una maravilla, pero los autobuses, los trenes y el metro son una necesidad cotidiana para quienes viven en las grandes ciudades, así que saber utilizarlos con eficiencia es una habilidad indispensable.
Aunque vivas en una zona donde el transporte público no sea la regla, saber desplazarte en él puede ser muy útil si sales de viaje, especialmente al extranjero.
¿Te encanta el café? Puedes empezar a aprender a prepararte una taza perfecta en casa. Aunque no bebas mucho café, saber cómo preparar una de las bebidas más populares del mundo te será muy útil en la oficina, con tus amigos o cuando te visiten familiares. Y no necesitas comprar artefactos lujosos ni mezclas de granos costosas.
Rompe los cepillos dentales viejos, ¡pero no dentro de tu boca! Saber cómo restregar con ellos hasta el último resquicio de un escusado es el primer paso para tener un baño reluciente. Luego, pasa un trapo por los anaqueles, trapea el piso, limpia el espejo, enjuaga la tina y limpia las salpicaduras de pasta de dientes de todas las superficies.
Ahora bien, saber cómo limpiar es ganar sólo una batalla. Saber por qué es importante mantener limpio el cuarto de baño y hacerlo de manera regular es ganar la guerra.
Por supuesto que podrías ocuparte de todas las tareas tú mismo, ¿pero necesitas hacerlo realmente? Saber en qué invertir mejor tu tiempo y cuándo tiene sentido conseguir ayuda de otros es uno de los secretos del éxito profesional y personal.
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Tal vez no tengas uno, pero estos coches definitivamente no se han extinguido. Aprender a mover una palanca de velocidades y a pisar alternadamente los pedales de embrague, acelerador y frenos podría sacarte de apuros si necesitas pedirle prestado su auto a un amigo en caso de urgencia, o si por casualidad te ves frente al volante de un lujoso auto deportivo nuevo.
¿Nunca has tenido la oportunidad de conducir uno? Hazte amigo de alguien que tenga uno y pídele que te enseñe a conducirlo. Verás que en muy poco tiempo te vuelves un experto.
Las reclamaciones de reembolso y las facturas médicas pueden ser tan engorrosas de entender, que resulta una tentación darnos por vencidos y jurar que nunca nos volveremos a enfermar.
Pero por más sano que estés, tarde o temprano vas a necesitar un servicio médico y, si tienes un seguro médico, tendrás que descifrar qué significan todas esas cláusulas y cargos. Dedicar unas horas a revisar con cuidado la póliza y las facturas podría ahorrarte mucho dinero y molestias.
Ya sabes lo que todo el mundo dice: que el cambio es la única constante en la vida. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos todavía como si las cosas fueran a permanecer inmutables siempre, de modo que cuando ocurren cambios grandes, pueden cimbrar los cimientos de nuestra vida.
Pero no tienes que temer los cambios; sólo necesitas estar preparado para ellos. Haz un plan concreto para contingencias importantes y te ahorrarás muchas preocupaciones. Además, los grandes cambios a menudo conducen a logros igualmente grandes.
Obtener una tarjeta de crédito es muy sencillo. Ni siquiera necesitas solicitarla; algunos bancos te las ofrecen por correo, y esto hace que gastar dinero sea aún más fácil de lo que ya es.
Ahorrar dinero, en cambio, es una verdadera habilidad, y comienza cuando uno abre una cuenta de ahorros. Infórmate sobre los diferentes tipos de cuentas disponibles, elige una que sea apropiada para ti y empieza a hacer depósitos en ella de manera regular.
¿Sabrías qué hacer si alguien se desmayara en tu oficina, si tu hijo se atragantara con un bocado, o si te torcieras un tobillo mientras das un paseo?
Aprender a dar reanimación cardiopulmonar y otras técnicas básicas de primeros auxilios entra en la categoría de las destrezas que esperamos no tener que usar nunca.
Pero en una emergencia, saber primeros auxilios podría ayudarte a mantener la calma, salir de un aprieto serio e incluso salvar una vida. Inscríbete en un curso básico de primeros auxilios o, si ya conoces las técnicas, pon al día tus habilidades.
Pese a lo que los diplomáticos puedan decir, se vale sentirse ofendido, y mantener la calma es una aptitud que se aprende. Dar a los demás el beneficio de la duda (aunque no lo merezcan), no tomar todo tan a pecho, saber perdonar y negarte a morder el anzuelo durante una discusión te ayudará a tener el control sobre tu propia felicidad.
Lo que importa realmente no son las cosas que te suceden, sino cómo reaccionas a ellas.
Nada es más preciado y conmovedor que la gratitud sincera. Exprésala por escrito en un papel fino —una rareza en nuestra cultura, tan obsesionada con la tecnología—, y la nota se convertirá en un símbolo emotivo que el destinatario podría llegar a atesorar durante años.
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