Entre niños: Mi madre le preguntó a mi nieto
La mañana de Navidad, mi nieta de cuatro años corrió a abrir los regalos que le había traído Santa Claus. Le costó trabajo desatar el listón...
Decisión sabia
Mi prima Jayde, de ocho años, tenía mucha curiosidad de saber más sobre Santa Claus.
—Oye, papá, ¿por qué Santa no les trae regalos ni a mi mamá ni a ti? —preguntó.
—Porque nosotros ya somos adultos y tenemos hijos —le respondió su papá.
Abriendo los ojos de par en par, la niña replicó:
—¿En serio? Entonces, ¡yo nunca voy a tener hijos!
Warren Lukinuk, Canadá
Un día mi madre le preguntó a su nieto Cristian, de cuatro años, cómo se había portado y qué le había pedido a Santa Claus. Antes de dar una respuesta, el pequeño dijo:
—Y tú, ¿qué le pediste?
—Un abuelo bueno y paciente —le respondió ella.
—¡Ay, abuelita, entonces te portaste muy mal!
José Alberto Cantú, México
La mañana de Navidad, mi nieta de cuatro años corrió a abrir los regalos que le había traído Santa Claus. Le costó trabajo desatar el listón que envolvía un obsequio. Cuando por fin lo logró, tomó otro regalo, pero al ver que la caja también tenía una cinta alrededor, en tono molesto dijo:
—¿Por qué Santa Claus puso todas estas trampas en mis regalos?
Sandie Brown, Canadá
En diciembre pasado, mi hijo Gerald, de cuatro años, no podía estar más feliz con el regalo que recibió en la Navidad. Mientras preparaba yo la cena, lo oí decirle a su papá:
—¿No te parece genial que Santa me haya traído un tren eléctrico?
Como mi esposo estaba distraído armando el tren, no le contestó.
El pequeño insistió:
—Papá, ¿no te parece genial que Santa Claus nos haya traído un tren eléctrico para los dos?
Mi marido siguió sin responder.
Finalmente, Gerald dijo:
—Papá, ¿no te parece genial que Santa Claus te haya traído ese tren eléctrico sólo para ti?
Me reí tanto que, por fin, mi esposo alzó la cabeza y miró al niño.
Wilma Van Dungen, Canadá
Cuando mi hija Tania Sofía tenía seis años, estaba muy emocionada porque ya sabía escribir, y como estábamos en vísperas de la Navidad, se me ocurrió decirle que le escribiera una carta a Santa Claus para pedirle regalos. Le advertí que Santa sólo podría traerle cinco obsequios, y que debía incluir en la carta los que más deseara. Al leer lo que la niña escribió, me llevé una gran sorpresa. En
el primer renglón de su lista decía: “Unas baterías para los juguetes que me trajiste el año pasado”.
María de Lourdes Ramírez, Guatemala
Un día, cuando mi sobrina Mara tenía tres años, mi mamá, mis hermanas y yo la llevamos a ver a Santa Claus a una tienda departamental. Todas estábamos muy emocionadas y le tomamos una foto justo en el instante en que saludó a Santa Claus con la mano. Cuando volvió junto a nosotras, le preguntamos:
—Mara, ¿qué sentiste al tocar la mano de Santa Claus?
Muy serena, la niña respondió:
—Un guante.
María Luisa de la Rosa, México