Ya sea que hayamos herido los sentimientos de alguien, arruinado un proyecto de trabajo o comprometido nuestra integridad, podemos usar nuestros errores y juicios defectuosos como oportunidades para detenernos, reflexionar y recuperarnos con una sensación de mayor autocompasión, resiliencia y comprensión. Después de todo, no son nuestros errores los que nos definen; es la forma en que elegimos reaccionar ante ellos.
Ser dueño de nuestro desorden es el primer paso, y puede ser difícil, pero es importante después de “atornillar” simplemente reconocerlo. Esto significa asumir la responsabilidad de lo que hiciste (mientras al mismo tiempo te niegas a culparte o avergonzarte, o a castigarte por los “debería”) y permitirte sentir todos tus sentimientos, ya sea una vergüenza menor o un gran arrepentimiento.
Incluso cuando tratamos de hacer todo “bien”, esto rara vez funciona a nuestro favor. La vida es desordenada, y nosotros también. Nuestras mejores intenciones todavía pueden llevarnos por caminos en los que preferiríamos no estar. En lugar de desear que las cosas fueran diferentes, acepta el momento exactamente como es.
Esto puede significar tener una conversación difícil contigo mismo o con otra persona, y enfrentarte a tu error. En lugar de tratar de encubrir tu error con actitud defensiva o elusión, se completamente transparente sobre lo que sucedió, por qué sucedió y cómo te sientes al respecto.
Esta es una gran oportunidad para que otras personas sean honestas contigo y creen posibles soluciones. Limpiar tus errores te quita un peso gigante de la espalda, y también puede mejorar la confianza de otras personas en ti y tu deseo de hacerlo mejor la próxima vez.
Si existe la posibilidad de que puedas hacer las paces a las personas que lastimaste o tomar las medidas para reparar tu error, no lo dudes, ¡hazlo de inmediato!
A veces, podemos usar nuestra culpa y vergüenza como excusas para revolcarnos en sentimientos de inutilidad o para pensar: “Nunca hago nada bien”, pero esta es la oportunidad perfecta para salirnos de nuestro propio camino.
Recuerda, nunca es demasiado tarde para hacer un intento genuino. El propósito no es “hacerlo bien”, sino simplemente aliviar cualquier dolor que hayamos causado y hacer lo que esté a nuestro alcance para resolver el asunto en cuestión.
Muchos de nosotros pensamos que podemos superar momentos embarazosos o difíciles por nuestra cuenta, pero estos son los momentos en los que es bueno conectarse con nuestra tribu de amigos de confianza.
Eres mucho más que tus errores, y las personas que se preocupan por ti siempre están ahí para ofrecerte ese importante recordatorio. Además, nuestros seres queridos, que nos conocen mejor que nadie, pueden hacernos saber si hay puntos ciegos que no podemos ver desde nuestra perspectiva limitada. Podemos confiar en que lo digan como es, a la vez que nos relajan un poco.
No hace falta decir que los errores son algunas de las mejores oportunidades de crecimiento que tenemos. A veces, ser derribado uno o dos pasos nos ofrece la oportunidad de reevaluar nuestro enfoque y elegir otro camino.
Solo piensa en cómo los errores que has cometido en el pasado te han ayudado a fortalecer tu carácter y tus habilidades, y a mejorarte de maneras que no habrían sido posibles si todo hubiera sido sin problemas.
Deja tus preguntas: ¿qué me llevó a mi error? ¿Cómo puedo hacerlo mejor? ¿Qué quiero sacar de esta experiencia? Sé tu guía para las lecciones que estás aquí para aprender.
En lugar de revolcarte en tus errores o en lo que podrías haber hecho de manera diferente, centra tu energía en el presente. Dado el hecho de que el cerebro humano está realmente conectado para detenerse en las emociones negativas (es un instinto de supervivencia), se necesita diligencia y compromiso para alejarse de la rueda de hámster de nuestros remordimientos.
Cuando encuentres que tus pensamientos se desvían de lo horrible que se siente y por qué no lo hiciste mejor, respira hondo y elige conscientemente redirigir tu atención a algo que realmente sea digno de ello.
Lo que nos falta en previsión, podemos compensar en perspectiva. Al evaluar el panorama general de una situación, podemos evitar “debernos” sobre nosotros mismos o quedarnos atrapados en la tierra de “y si”.
A veces, lo que percibimos como un error es el avance que fue necesario para cambiar una relación o salir de una rutina. O tal vez lo que nos sentimos tan mortificados por decir o hacer no sea realmente tan importante a largo plazo.
Con solo un poco de desapego y objetividad, podríamos ver que nuestro llamado error no tiene el impacto horrible que inicialmente pensábamos que tenía.
Es genial evitar cometer el mismo error dos veces, pero acepta que incluso si esquivas esa bala, definitivamente vas a cometer otros errores en el futuro. Y, muy probablemente, muchos de ellos. Mira este fracaso como una oportunidad para abrazar tu humanidad.
Nuestro genio es a menudo el subproducto de nuestros fracasos, y los caminos que terminamos tomando por accidente a menudo pueden contener las semillas para nuevos esfuerzos. El fracaso es uno de nuestros mejores maestros, y también puede ofrecernos coraje, humildad y una gigantesca capacidad para la resolución creativa de problemas.
Mucha gente aprende de sus errores, pero esto no significa que dejen de ser sus críticos más duros. El truco es perdonarte genuinamente abrazando tus imperfecciones y entendiendo que hiciste lo mejor que pudiste en ese momento, punto.
No se trata de dejarse llevar por el mal comportamiento; se trata de asumir toda la responsabilidad y al mismo tiempo honrar tu humanidad y ofrecerte el mismo tipo la compasión que le darías a un ser querido. Aprende a perdonarte y el por qué debes hacerlo.
Los estudios han demostrado que cuando nos centramos en nuestras fortalezas, este refuerzo positivo hace maravillas en nuestras vidas.
En lugar de preocuparte por el siguiente error que podrías cometer, concéntrate en todas las cosas que has dicho o hecho que han obtenido resultados increíbles. Esto aumentará tu confianza y te dará mucha resistencia, lo que hará que recuperarte de tus errores sea mucho más fácil. Aquí tienes unos trucos para que tu confianza aumente.
Tomado de rd.com How to Bounce Back Stronger from Your Most Embarrassing Mistakes
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