Los estudios dicen: cuenta con tus dedos
Los educadores aseguran que los niños que hacen aritmética con los dedos son todo menos tontos.
Si eras como la mayoría de los niños, tu mamá quizá te dijo que había tres cosas que no debías hacer con los dedos: meterlos en un tomacorriente, hurgar con ellos tu nariz (al menos no en público) y usarlos para hacer cuentas.
Las primeras dos leyes de la dinámica dactilar siguen siendo tan válidas como siempre, pero los expertos en educación y cognición ahora creen que usar los dedos para la aritmética no sólo es una magnífica idea, sino que incluso podría ayudar a los niños a ser mejores alumnos en la escuela.
Cuando los niños cuentan con los dedos traducen un concepto abstracto —la aritmética— a una forma elemental y tangible. Los neurobiólogos consideran, de hecho, que nuestro cerebro está programado para “ver” un esquema mental de los dedos aunque no contemos con ellos, literalmente.
Hay una región cerebral llamada área somatosensorial primaria que se activa ante estímulos de calor,dolor o presión, o al usar los dedos. Investigadores examinaron imágenes cerebrales de niños de entre 8 y 13 años mientras hacían restas, y observaron que el área somatosensorial se “encendía” aunque los chicos no estuvieran usando los dedos.
Cuanto más compleja es una resta, mayor actividad se registra en esa zona. Los investigadores creen que cuando se pide al cerebro que reste, automáticamente recurre a su capacidad de contar con los dedos, sin que importe si los dedos reales hacen la resta.
La relación entre el uso de los dedos y la capacidad matemática se ha demostrado también con pruebas táctiles básicas y otros ejercicios. A niños de primer grado se les pedía que cerraran los ojos y dijeran qué dedo o dedos les estaba tocando el investigador. Un año después, los chicos que se desempeñaron mejor en esa prueba sacaron calificaciones más altas en un examen de aritmética. Y cuando a estudiantes universitarios se les aplicó la misma prueba de identificación de dedos, los que tuvieron mejor desempeño también sacaron calificaciones más altas en exámenes de cálculo.
Por una parte, padres y maestros no deberían desanimar a los niños que cuentan con los dedos. “Decirles a los alumnos que no usen los dedos para contar o representar cantidades equivale a obstaculizar su desarrollo matemático”, afirma Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad Stanford, en Palo Alto, California.
Esa tendencia a desanimar podría ser más generalizada de lo que suponemos: un boletín de 2014 del servicio de enseñanza Kumon incluía un artículo titulado “Por qué se debe prohibir contar con los dedos”.
Boaler y sus colegas investigadores señalan también que algunos estudiantes simplemente aprenden mejor usando herramientas visuales en vez de memorizar las tablas de multiplicar y recitarlas a la mayor velocidad posible.
“Cuando les planteo problemas matemáticos a mis alumnos de la universidad, les digo: ‘No me interesa la velocidad, porque eso demuestra que no están pensando profundamente’”, comenta la profesora. “Más bien me gustaría ver representaciones interesantes y creativas de sus ideas”.
Boaler cree que toda persona, de cualquier edad, que desee mejorar su capacidad matemática haría bien en desarrollar su destreza manual básica. Esto significa no sólo contar con los dedos, sino agudizar la “percepción” dactilar general.
Quizá parezca simplista, pero los investigadores de la Universidad Stanford tienen una hipótesis anecdótica interesante: “La necesidad e importancia de la percepción de los dedos incluso podría ser la razón por la cual los pianistas y otros músicos tienen una mayor comprensión matemática que quienes no aprenden a tocar un instrumento musical”.
Con este fin, el centro Youcubed de esa universidad, que desarrolla recursos para los maestros de matemáticas, ha diseñado ejercicios que fortalecen la percepción de los dedos en los alumnos. En youcubed.org encontrarás plantillas de teclado y más actividades (en inglés).