Jugar futbol en el lodo, alternar asaltos de ajedrez y box y montar escobas, también son disciplinas… aunque muy distintas a las que conocemos.
Un partido de sepak takraw puede resultar muy divertido tanto para el espectador como para el que lo practica.
En esta combinación de vóleibol y futbol, los equipos rivales deben lanzar una pequeña pelota por encima de una red a 1.5 metros de altura. Pero, a diferencia del vóleibol, solo pueden tocar el balón con las manos durante el saque. El resto del tiempo se usan principalmente la cabeza y los pies.
En este deporte, las espectaculares patadas voladoras se ganan los aplausos del público.
No es para los debiluchos.
En los campeonatos mundiales de esta disciplina, los competidores descienden en sus patinetas a más de 100 kilómetros por hora, lo que significa que hasta el mínimo error puede dar lugar a accidentes graves.
Puede parecer inverosímil, pero las personas realmente juegan quidditch. Este deporte fue inventado por J. K. Rowling para sus novelas de Harry Potter, aunque en la versión de ficción el joven hechicero lo practica a alturas vertiginosas y sobre una escoba voladora.
En el chess boxing, o ajedrez boxeo, los pugilistas no solo pelean con sus puños; en 6 de los 11 asaltos, la disputa se desarrolla en un tablero de ajedrez.
Hay dos formas de ganarle al oponente: por nocaut o por jaque mate.
La empinada ladera de una montaña o una peña; en la danza vertical se puede usar prácticamente cualquier espacio como escenario, ¡siempre que los bailarines estén suspendidos sobre un imponente abismo!
Quienes practican esta disciplina interpretan sus temerarias coreografías usando tan solo una cuerda, que los mantiene colgados en forma segura.
Esta modalidad del futbol es, en definitiva, un juego sucio… y no porque los jugadores hagan trampa o muestren una actitud antideportiva, sino porque la superficie en la que se desarrolla es un lodazal.
Si el campo está muy seco, se pone bastante agua antes de comenzar para que tenga las condiciones ideales.
El objetivo es pasar por debajo de una serie de barras emplazadas a muy poca altura. La marca mundial pertenece a un pequeño de 9 años originario de la India, llamado Tiluck, que logró recorrer unos 145 metros de obstáculos dispuestos a tan solo 30 centímetros del suelo.
¡Con razón maravilló a todos con su desempeño!
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