Un ojo de pescado, también conocido como verruga plantar, es una lesión benigna en la piel de la planta del pie causada por el virus del papiloma humano (VPH). Se caracteriza por una pequeña protuberancia áspera y dura que puede generar molestias y dolor. A diferencia de las verrugas genitales, el VPH que afecta a los pies no se considera de transmisión sexual.
Imagina una pequeña protuberancia en la planta del pie, de color amarillento o grisáceo, con una superficie rugosa y gruesa, como la textura de una coliflor. En el centro, a veces, se observan pequeños puntos negros, que son coágulos de sangre.
Si bien la ubicación más frecuente es la planta del pie, donde ejercemos mayor presión, también pueden aparecer en los dedos y los talones.
La presencia del ojo de pescado no siempre genera dolor, pero sí puede ocasionar molestias al pisar, especialmente si la verruga se encuentra en una zona de presión. En algunos casos, incluso puede sangrar o romperse.
El ojo de pescado es contagioso y se puede transmitir de diversas maneras:
La prevención es clave para evitar la aparición de ojos de pescado:
Si bien los ojos de pescado suelen desaparecer por sí solos en 1 o 2 años, es importante consultar al médico en los siguientes casos:
Si bien la verruga suele desaparecer por sí sola, existen diversos tratamientos para eliminarlas o reducir su tamaño:
Existen remedios caseros como el ácido de manzana, el aceite de árbol de té o la cinta adhesiva, pero no hay evidencia científica que compruebe su eficacia. Por lo que es mejor consultar a un dermatólogo antes de aplicar cualquier remedio casero.
Con información de Mejor con Salud