¿Te ha pasado que después de viajar vuelves a casa y sientes la nostalgia de ese lugar favorito que visitaste?, ¿ahora a tu ciudad de siempre parece que le faltara algo? Conoce el síndrome del viajero e identifica si lo estás experimentando.
Son los viajeros incansables los que han logrado atrapar esa sensación en palabras, además han encontrado que infinidad de viajeros como ellos se sienten igual: eso que los expertos definen como “choque cultural inverso”.
Es la sensación de no pertenecer a ningún lugar. El viajero incansable Roberto Sánchez lo define como “una especie de ansiedad, de no estar a gusto, de que falta algo, porque una vez que sucede ya no hay vuelta atrás”.
Digamos que los síntomas tienen que ver con no ser “ni de aquí, ni de allá”. Esto ocurre porque los recuerdos que tienes de la ciudad que dejaste atrás se graban para siempre tal como era el lugar al momento de tu partida, y ese recuerdo se queda estático. Al regresar al hogar o al nuevo lugar de residencia, se añora esa última ciudad, e incluso se llegan a idealizar situaciones y detalles.
Una de las cosas más recomendables es cuidar los recuerdos que te llevas del lugar que visitaste, así que evita malos tragos que arruinen todas esas grandes memorias.
Con el síndrome del viajero eterno, los efectos llegan a ser tales que, incluso al regresar a esta última ciudad que se añora, nos damos cuenta que los recuerdos no coinciden ya con el lugar en cuestión, y la realidad llega de golpe: la ciudad que se idealizaba ha evolucionado sin ti, y los recuerdos que estaban grabados ya no reflejan lo que encuentras al volver.
Los expertos afirman que entre mayor sea el tiempo de duración de la estancia fuera de casa, mayor será el choque percibido. Naturalmente, los lazos construidos con esa nueva ciudad se van entretejiendo y haciendo más fuertes a medida que pasas más tiempo dentro de ella, desarrollando nuevas relaciones y adaptándote a las actividades que ahí realizas.
Algunos de los síntomas que se pueden presentar al retornar al lugar de origen pueden ser:
No te preocupes, no pierdas las ganas de viajar; de hecho, muchos viajeros afirman que es la enfermedad que “los ha salvado”, ya que este sentimiento los ha hecho adaptarse para encontrar la casa “en el lugar en donde están, en el momento en el que están”.
Por último, pero muy importante, es el manejar correctamente las expectativas al volver, no dejes de ver el lado positivo de estar en casa y recuerda lo que amabas de sentirte en tu hogar. Recuerda y distingue siempre que las ciudades cambian y tú mismo cambias, es natural que no encuentres las mismas sensaciones, sin embargo, adaptarte a ellas y aceptarlas, te ayudará a sentirte mejor y lidiar exitosamente con el síndrome del viajero eterno.
¡Recuerda que valorar la importancia de tus experiencias es lo más importante!
Fuente: Mundo Joven
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