Descubriendo los misterios detrás del Ku Klux Klan
Los misterios que rodean al Ku Klux Klan han marcado la historia de la humanidad por su ideología elitista y racista. Conoce sus orígenes y datos curiosos.
Los misterios que rodean al Ku Klux Klan han marcado la historia de la humanidad por su ideología elitista y racista. Conoce sus orígenes y datos curiosos.
Luego de que miles de manifestantes protestaron en las afueras de la Casa Blanca al condenar los hechos de violencia y racismo ocurridos en la ciudad de Charlottesville, Virginia, el grupo sectario del Ku Klux Klan hizo su aparición en estos lamentables hechos ocurridos durante el fin de semana.
La ciudad de Charlottesville fue el escenario inusual de intolerancia, odio y violencia racial que terminó con la vida de una persona, cuando abiertamente grupos neo-fascistas, Ku Klux Klan (KKK) y de supremacía blanca se unieron y protagonizaron enfrentamientos contra manifestantes que condenan los principios de dominio racial en aquel país.
El exlíder de la sociedad racista del Ku Klux Klan, David Duke, dijo que este grupo se sentía fortalecido tras los discursos de intolerancia del presidente de EE.UU., Donald Trump, pues la retórica de este apoya la filosofía de esta secta.
Cabe señalar, que Trump fue duramente criticado por diversas personalidades de su país y del mundo por no haber condenado específicamente al Ku Klux Klan y a los grupos de supremacía blanca. Interpretándose esto como un estímulo a estos grupos, que son parte de su base electoral.
Conozcamos a fondo lo que hay detrás del Ku Klux Klan…
Las prácticas de algunas sociedades secretas han sido históricamente muy siniestras. Las organizaciones fascistas tendieron a crear clubes que dramatizan la perspectiva elitista mundial y se refuerza a través de rituales clandestinos.
Los carbonari no fueron la única sociedad secreta que ha intentado alterar la dirección política de un país. Un caso más conocido y mucho más perturbador está representado por el Ku Klux Klan.
Como los carbonari, el KKK nació de la desilusión política; en este caso, la derrota de los estados confederados en la Guerra Civil estadounidense. Y, como los carbonari, el Klan basó su jerarquía y sus ritos en los de los francmasones.
En su primer pico de influencia, en la década de 1870, el Klan se consideró a sí mismo como un “imperio invisible” gobernado por un “gran mago”. Cada grupo de miembros en los distintos estados se llamaba “reino” y estaba bajo el mando de un “gran dragón”.
Las unidades territoriales más pequeñas, basadas en condados o grupos de condados, estaban encabezadas por “grandes titanes” o “grandes gigantes”. Los miembros individuales eran “demonios” y había puestos oficiales –tesorero y otros– designados con términos como “noctámbulos” y “duendes”.
El fundador del KKK fue un francmasón y exgeneral del ejército confederado, Nathan Bedford Forrest. El nombre disparatado de su organización es una corrupción de la palabra griega ´kuklos’, que significa ‘círculo’, más la palabra ‘clan’ escrita de manera errónea deliberadamente para subrayar la aliteración.
Los primeros miembros de la organización eran todos oficiales sureños desmovilizados, hombres humillados y enfurecidos por la paz que los estados victoriosos del norte les habían impuesto. Ventilaban su furia y su frustración contra los más débiles de sus enemigos: la gente negra que, hasta poco antes, había sido su propiedad personal y la de sus vecinos.
La principal actividad del KKK en esta primera etapa de su existencia era ni más ni menos que aterrorizar a los esclavos emancipados a través de matanzas llevadas a cabo por una multitud enfurecida.
El Klan fue eliminado efectivamente en la década de 1880, pero resurgió después de la Primera Guerra Mundial y, una vez más, durante la lucha por los derechos civiles en las décadas de 1950 y 1960.
En los últimos tiempos, los partidos neonazis norteamericanos han brindado un lugar a las personas que siguen suscribiendo a la filosofía racista y violenta del KKK, pero rechazan la terminología ridícula de la vieja organización del Klan.
Tomado del libro: Grandes Secretos de la Historia de Selecciones Reader’s Digest