“Un día, hace más de 20 años, observé cómo mi piel comenzó a enrojecerse sin razón. Pensé que sería una alergia pasajera, pero al no mejorar, mi salud y bienestar emocional fueron empeorando rápidamente. Pronto, mi piel se cubrió de costras que comenzaban a sangrar, y mis uñas se endurecieron. Sentí vergüenza de verme al espejo y de salir a la calle, ya que nadie entendía lo que me pasaba. Cada vez que me subía al transporte público, las miradas de rechazo eran evidentes. Mi esposa me pedía que no me aislara, que no me dejara vencer. Fue un proceso largo y doloroso hasta que, finalmente, después de 18 meses de incertidumbre, me dieron el diagnóstico: psoriasis. Lo que más me alivió fue saber que no era algo contagioso. Pero la enfermedad no solo me afectó físicamente; también me hizo sentir excluido, me hundió en pensamientos oscuros y me enfrentó al rechazo social”, comparte Ricardo, un paciente con psoriasis.
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La incomprensión y el estigma
¿Te imaginas vivir con una enfermedad que te hace sentir vergüenza, miedo y genera mucho estigma en la sociedad? ¿Puedes creer lo duro que es vivir con lesiones gruesas y escamas en tu piel que pican y en ocasiones sangran?
Esto es lo que viven diariamente alrededor de 2.5 millones de mexicanos que padecen psoriasis, una enfermedad crónica inmunomediada que afecta no solo la piel y otros órganos, sino también la mente y el espíritu de quien vive con ella.
Es por ello que ya existe en México un tratamiento para adultos con psoriasis en placas, así como una página web, iniciativa de Bristol Myer Squibb México y la Asociación de Pacientes Autoinmunes con Procesos Inflamatorios, PAU, A.C., que busca sensibilizar al público en general sobre esta enfermedad y eliminar el estigma que la rodea.
¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta principalmente la piel, pero su impacto no se limita a lo visible. Se estima que en México, más de 2.5 millones de personas viven con esta enfermedad, la cual genera no solo molestias físicas como lesiones en la piel que pueden ser dolorosas y sangrar, sino también un enorme impacto emocional y social.
De acuerdo con el Dr. Carlos Pérez Beltrán, Asesor Científico de Inmunología de Bristol Myers México, “la psoriasis ocurre cuando el sistema inmunológico actúa de manera exagerada y ataca a la piel como si fuera un agente extraño”.
Esto da lugar a la formación de escamas y placas en la piel, que no solo afectan estéticamente, sino que también pueden generar picazón, dolor y, en casos más graves, dificultar las actividades diarias.
Aunque es más común en zonas de presión como codos y rodillas, la psoriasis puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, e incluso confundirse con otras afecciones como la caspa o los hongos en las uñas.
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La carga emocional: más allá de la piel
Además de los síntomas físicos, el impacto psicológico de la psoriasis puede ser devastador. La constante exposición a miradas de rechazo, los comentarios hirientes y la incomprensión pueden sumergir a los pacientes en una profunda soledad.
La Dra. Lorena Estrada Aguilar, miembro de la Sociedad Mexicana de Dermatología, destaca que “nueve de cada diez pacientes con psoriasis enfrentan problemas emocionales como depresión, ansiedad y, lamentablemente, pensamientos suicidas”.
La estigmatización es uno de los mayores desafíos, y el desconocimiento sobre la enfermedad agrava esta situación.
Ricardo, al igual que infinidad de pacientes, se sintió aislado y rechazado durante años. El miedo a ser juzgado por los demás lo llevó a cubrir su cuerpo y evitar interacciones sociales.
“No hay nada más doloroso que ver cómo la gente te mira como si fueras un leproso, sin entender que tu enfermedad no se transmite”, comenta su esposa.
La importancia de un diagnóstico temprano
El Dr. Pérez Beltrán señala que, a pesar de que infinidad de pacientes viven con psoriasis durante años antes de recibir un diagnóstico, “la clave es la atención oportuna. Cuanto antes se identifique la enfermedad, mejor será el pronóstico”. Los expertos insisten en que el dermatólogo es el especialista encargado de diagnosticar y tratar esta enfermedad.
Ricardo pasó 18 meses sin saber lo que le ocurría, un tiempo que, según los médicos, no es excepcional. “En muchos casos, los pacientes tardan hasta 7 años en obtener un diagnóstico adecuado”, comenta la Dra. Estrada. “Mientras tanto, la enfermedad avanza, afectando no solo la piel, sino también los órganos internos y la salud mental”.
La psoriasis es una enfermedad que afecta principalmente la piel, pero realmente comienza dentro del cuerpo.
Su origen es complejo: involucra la genética de la persona, el sistema inmunitario y factores ambientales.
Los científicos han descubierto que lo que ocurre es una alteración en el sistema inmune, que está relacionado con la inflamación y el crecimiento acelerado de las células de la piel.
En la psoriasis en placas, el sistema inmunológico se vuelve hiperactivo y comienza a atacar la piel sana, provocando inflamación y formación de placas rojas cubiertas con escamas blancas.
Estas placas pueden aparecer en zonas como codos, rodillas, cuero cabelludo y hasta en las uñas. Además de la incomodidad y el dolor, la psoriasis puede tener un impacto emocional y social significativo en los pacientes.
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Comorbilidades asociadas a la psoriasis
La psoriasis es una enfermedad crónica, lo que significa que su inflamación constante puede generar otros problemas de salud.
Muchas personas con psoriasis también desarrollan condiciones como artritis psoriásica, hígado graso, síndrome metabólico y problemas cardíacos. De hecho, entre el 25% y 30% de los pacientes con psoriasis moderada a grave tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Tratamientos personalizados: nuevas opciones para pacientes
El tratamiento de la psoriasis moderada a grave puede ser complicado. Los síntomas suelen ser cíclicos, con brotes seguidos de mejoría, lo que hace que el manejo sea aún más desafiante. Los tratamientos incluyen fototerapia, cremas tópicas y medicamentos orales o biológicos inyectables. Sin embargo, muchos pacientes abandonan los tratamientos debido a la insatisfacción con los resultados.
Ahora, en México, existe una nueva opción: el primer inhibidor oral selectivo de la tirosina quinasa (TYK2), aprobado para el tratamiento de adultos con psoriasis en placas moderada a grave. Este medicamento, que se toma por vía oral, bloquea de manera selectiva la actividad de la TYK2, una proteína clave en el proceso inflamatorio de la psoriasis. Esto ayuda a reducir los síntomas y mejora la calidad de vida de los pacientes.
Según la Dra. Lorena Estrada Aguilar, dermatóloga, este tratamiento tiene una eficacia similar a algunos tratamientos biológicos, pero con la ventaja de ser más fácil de tomar, lo que aumenta la adherencia al tratamiento. Es una opción especialmente importante para aquellos que no han tenido buenos resultados con otros tratamientos o que buscan una alternativa a las inyecciones.
Un futuro con más opciones
Este nuevo tratamiento no solo ofrece una esperanza a los pacientes que sufren de psoriasis, sino que también representa un avance en la lucha contra la enfermedad. Con más opciones de tratamiento, los pacientes tienen una mejor oportunidad para controlar su psoriasis y mejorar su calidad de vida.
Para combatir la desinformación y promover la sensibilización, se ha lanzado la plataforma www.mipsoriasis.mx
Esta iniciativa, apoyada por Bristol Myers Squibb México y PAU A.C., tiene como objetivo ofrecer información precisa y accesible sobre la psoriasis. A través de esta plataforma, los pacientes pueden encontrar recursos educativos, orientación sobre diagnóstico y tratamiento, y apoyo emocional.
Además de ser una fuente de información, Mi Psoriasis también facilita la conexión entre pacientes y profesionales de la salud, lo que puede ayudar a acelerar el proceso de diagnóstico y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
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Un llamado a la acción
La psoriasis es una enfermedad que no se ve, pero que impacta profundamente la vida de quienes la padecen. Es esencial que todos, como sociedad, reconozcamos la importancia de la empatía y el respeto hacia quienes viven con esta condición.
La ignorancia puede ser tan dañina como la enfermedad misma, pero con conocimiento y comprensión, podemos eliminar el estigma y mejorar la vida de millones de personas.
Ricardo lo expresa de manera clara: “La psoriasis no me define. No es lo que soy, pero ha sido parte de mi vida. Mi mayor deseo es que la gente entienda que no es contagiosa, que no soy un peligro, solo una persona como cualquier otra que lucha con una enfermedad”.
Juntos podemos hacer que la psoriasis deje de ser un tema tabú y se convierta en una causa de solidaridad y apoyo.
Ayúdanos a difundir el mensaje: ¡La psoriasis no es contagiosa!