Después de leer esto no volverás a lavar el pollo

La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido asegura que el lavado del pollo antes de ser cocinado aumenta el riesgo de propagación de la bacteria Campylobacter en manos, superficies de trabajo, ropa y utensilios de cocina.

La enteritis por Campylobacter es una de las causas más comunes de intoxicación alimentaria, sobre todo cuando se viaja. La Campylobacter es una bacteria presente en el intestino de animales sanos como el pollo y el pavo.

Pero ¿cómo se logra tal propagación de gérmenes? A través de la salpicadura de gotas de agua al momento de lavar la carne.

Reclamo internacional

La agencia inglesa hizo ese llamado en 2014, pero no ha sido la única. En 2016 la Organización de Consumidores y Usuarios advirtió de este mismo problema y en 2019, a través de Twitter, los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos recordaron que es una mala idea lavar el pollo antes de ser cocinado.

“El pollo puede ser una de las opciones más nutritivas que existen”, afirmaron los CDC. “Sin embargo, el que está crudo puede estar contaminado con una bacteria llamada Campylobacter, y algunas veces con la Salmonella o la Clostridium perfringens, extremadamente peligrosas.Por ello, si lo comes poco cocinado u otros alimentos o bebidas que estén contaminados por él o sus jugos puedes contraer una enfermedad o una intoxicación alimentaria“.

¿Cómo evitar la propagación de gérmenes? Los CDC explican:

• Coloca el pollo crudo en una bolsa desechable antes de almacenarlo en el refrigerador
• Lávate bien las manos con jabón después de manipularlo
• Usa una tabla de pelar y cortar que no se use para el resto de alimentos
• Nunca coloques ningún alimento cocido o productos frescos en el mismo estante del refrigerador

El pollo, de las carnes más consumidas en México

Lo recomendable para eliminar las bacterias en la carne cruda es cocinar a una temperatura de 74°Celsius, lo cual es fácil de hacer con un termómetro de alimentos.

No olvides verificar la fecha de caducidad del producto y refrigerarlo adecuadamente.

Entre las proteínas más consumida en México está la carne de pollo. Tan solo en 2018 se consumieron 4,000,000 de toneladas. Cada mexicano consume cada año, en promedio, poco más de 31 kilos de esa ave.