A partir de los 50 años, el cuerpo masculino empieza a experimentar cambios naturales: menor masa muscular, articulaciones más rígidas y una recuperación física más lenta. Pero eso no significa que sea tarde para fortalecer el cuerpo y vivir con energía.
Según especialistas de la Cleveland Clinic y la AARP, con algunos ajustes en la alimentación, el ejercicio y la hidratación, es posible mantener la fuerza, prevenir enfermedades y disfrutar de una vida activa después de los 50.
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Alimentación e hidratación: la base del bienestar
La dietista Kate Patton, de la Cleveland Clinic, explica que con la edad disminuye la sensación de sed, por lo que es clave beber agua de forma programada y reducir las bebidas azucaradas que afectan el metabolismo y la próstata.
Además, recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras y alimentos ricos en potasio y fibra, mientras se reduce la sal y las grasas animales.
Seguir un patrón alimenticio tipo dieta MIND o mediterránea, rica en cereales integrales, pescado, aceite de oliva y frutos secos, puede ayudar a mantener el corazón y el cerebro saludables.
Huesos y músculos fuertes después de los 50
Con la edad, también disminuye la densidad ósea y la masa muscular. Para contrarrestarlo, se aconseja incluir proteínas de calidad, calcio y vitamina D en la dieta.
Antes de tomar suplementos, lo mejor es consultar a un profesional de la salud.
El fisiólogo Christopher Travers recuerda que no se trata de hacer más, sino de ajustar la rutina: “Es natural perder músculo con la edad, pero eso solo significa que debemos movernos de forma más inteligente”.
Ejercicio: constancia antes que intensidad
Los expertos recomiendan realizar 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana, combinados con dos sesiones de fuerza. Caminar, nadar o andar en bicicleta son opciones seguras y efectivas.
El entrenador personal Bryan Krahn sugiere comenzar con ejercicios básicos como sentadillas, planchas y flexiones, e ir aumentando progresivamente con mancuernas o bandas elásticas.
El entrenamiento de fuerza ayuda a prevenir la diabetes, el cáncer y la pérdida de masa muscular, además de mejorar el equilibrio y la postura.
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Flexibilidad y prevención de lesiones
El estiramiento regular y el trabajo de flexibilidad son esenciales para evitar lesiones. Rutinas suaves de yoga o pilates pueden mantener la movilidad articular y aliviar dolores en la zona lumbar.
Travers insiste en que la seguridad debe estar por encima de la exigencia: “Evita ejercicios de alto impacto y escucha las señales del cuerpo”.
Constancia y motivación: la verdadera clave
La salud después de los 50 no depende de la perfección, sino de la constancia.
Patton lo resume así: “Cumplir 50 es una oportunidad para reiniciar, crear hábitos duraderos y disfrutar del movimiento”.
Con compromiso y pequeños cambios diarios, es posible conservar la fuerza, la energía y la vitalidad durante décadas.