Tinnitus: ¿Qué causa este infernal ruido interno? ¿Es posible silenciarlo?
El tinnitus puede enloquecerte. No es una enfermedad, no existe una causa única, y eso tal vez signifique que tampoco hay un remedio único.
Cuando Justus Bennet, un defensor sindical de Estocolmo que hoy día tiene 57 años, sufrió una parálisis facial —al parecer a causa del estrés—, sus médicos lo enviaron a hacerse pruebas, ya que temieron que se tratara de un tumor cerebral. En el hospital lo expusieron a distintos sonidos para medir su reacción cerebral.
El estudio no mostró anomalías, pero algo extraño estaba ocurriendo. “Una frecuencia sonó como si fuera un martillo golpeando acero”, cuenta Justus. De inmediato empezó a sentir dolor en el oído izquierdo. Luego oyó un tono estridente, tan intenso que le pareció un alarido. Pero no provenía de los auriculares, ni había ninguna otra fuente de sonido que pudiera identificar.
El ruido extraño que estaba oyendo era el tinnitus, o acúfenos, y duró varias horas. Eso ocurrió en 1998.
Una cantidad sorprendentemente grande de personas en todo el mundo (incluida yo) experimentan zumbidos, chirridos, campanilleos y otros ruidos que no provienen de fuentes externas. Alrededor de 15 por ciento de las personas padecen esta condición, y es más común en la gente mayor.
El tinnitus puede ser intermitente o constante, leve o fuerte, y cuando dificulta entender una charla o seguir un programa televisivo, resulta perturbador. El doctor Michael Seidman, director de cirugía otoneurológica del Hospital Henry Ford, en Detroit, Michigan, ha tenido pacientes que se divorcian porque el tinnitus “los debilita mucho y les impide trabajar”.
“El tinnitus no es una enfermedad”, dice Deborah Hall, profesora de ciencias de la audición en la Universidad de Nottingham, Inglaterra. “Es un síntoma que acompaña a diversas afecciones de salud”. Tiene causas conocidas —como ruidos fuertes, pérdida auditiva, lesiones físicas, síndrome de Ménière, ciertos fármacos, la herencia y el cerumen en los oídos— y también desconocidas.
En una clínica de Portland, Oregon, especializada en tinnitus, a más de 90 por ciento de los pacientes se les diagnosticó pérdida auditiva, aunque en un grado lo bastante leve como para pasar inadvertida. “El punto exacto donde se produce la pérdida auditiva suele ser el mismo donde se produce el tinnitus”, señala Berthold Langguth, neurocientífico de la Universidad de Ratisbona, Alemania.
No existe una causa única, “y eso tal vez signifique que tampoco hay un remedio único para todas las personas”, advierte la profesora Hall. Pero podría significar también que para las personas cuyo tinnitus se debe a una lesión o afección específica, sí puede haber tratamientos eficaces.
El doctor Seidman aconseja a las personas a quienes les hayan dicho que no hay forma de silenciar el tinnitus que acudan a sus médicos otra vez. “No hay una cura, pero sí algunas cosas que podemos hacer para ayudar a controlar el problema”, dice.
A los aquejados les recomienda empezar con los remedios más sencillos y recurrir a los más complejos solo si los primeros no funcionan. Entre los tratamientos útiles disponibles hoy día figuran los siguientes:
“Un estudio reveló que muchas personas aquejadas de tinnitus presentaban deficiencia de vitamina B12, y algunas de ellas mejoraron al empezar a tomar complementos de esa vitamina”, comenta Seidman.
Otros estudios muestran una relación entre el tinnitus y la deficiencia de cinc. Cuando las personas que presentan esta comienzan a tomar complementos del mineral, suelen experimentar algún alivio. Pero ingerir más cinc es inútil si el nivel en la sangre de este elemento es normal.
Aunque la hierba ginkgo biloba con frecuencia se receta para el tinnitus, no mostró mejores efectos que un placebo en varios estudios.
Una de las reducciones más notables del tinnitus se observó a principios de los años 90 en un ensayo clínico del alprazolam. El estudio mostró que este fármaco reducía el tinnitus en 76 por ciento de los afectados, mientras que un placebo lo disminuía sólo en 5 por ciento de los participantes.
“Las personas inteligentes preguntan: ‘¿En verdad baja el volumen del tinnitus, o lo que reduce es mi fastidio ante los ruidos?’”, dice Seidman, y añade que tal vez pasen ambas cosas. El neurotransmisor asociado con la ansiedad es también “el que lleva los sonidos de los oídos al cerebro”, explica.
Como el alprazolam inhibe la función de ese neurotransmisor, “pensamos que también reduce los ruidos”. Dos fármacos similares, el clonazepam y el oxazepam, al parecer también dan alivio a algunas personas aquejadas de tinnitus.
Un estudio reveló que la gabapentina, un fármaco antiepiléptico de prescripción común, redujo la intensidad del tinnitus en personas que tenían daños en el oído interno debidos a exposición a ruidos fuertes, pero no en los pacientes con tinnitus originado por otras causas.
En cuanto a las personas diagnosticadas con depresión grave y tinnitus, dos estudios mostraron que los antidepresivos nortriptilina y sertralina en algunos casos pueden reducir la intensidad del tinnitus y el fastidio subjetivo. Sin embargo, los investigadores advierten que no es recomendable recetar antidepresivos a personas que no padecen depresión.
Como el tinnitus suele ir acompañado de pérdida auditiva, y viceversa, entre los tratamientos básicos figura el uso de auxiliares auditivos.
Estos dispositivos no eliminan el tinnitus, pero ayudan a algunas personas a oír mejor y a que les resulte más fácil hacer caso omiso de los zumbidos, chirridos y siseos.
La llamada terapia de enmascaramiento consiste en hacer oír al paciente un sonido agradable (música o un murmullo de agua, por ejemplo) a través de un dispositivo que puede incluir o no un auxiliar auditivo.
La premisa es distraer a la persona del ruido fantasma. Según un estudio los resultados más satisfactorios se alcanzan cuando el sonido grato iguala el tono del tinnitus.
Un informe menciona diversos dispositivos nuevos de enmascaramiento que emiten tonos específicos dentro del oído afectado, y su fin es “reinicializar” el cerebro para que deje de producir el ruido fantasma.
Estudios preliminares llevados a cabo por los fabricantes de esos dispositivos han arrojado resultados promisorios.
De acuerdo con la profesora Hall, a la vuelta de la esquina hay muchos tratamientos potencialmente más eficaces contra el tinnitus.
A muchos expertos les entusiasma el potencial de un medicamento llamado AM-101 que se encuentra en etapa de ensayo clínico. En un estudio preliminar “se observó que la intensidad del tinnitus se reducía notablemente con una dosis alta de AM-101”, dice el doctor Seidman, quien participa en los ensayos.
Pero aunque el fármaco resulte eficaz y seguro, es probable que sólo les sirva a algunas personas.
Existe también otro medicamento, llamado AUT00063, que apenas está en fase experimental. “Los científicos están tratando de modificar la manera en que el cerebro procesa la información sensorial procedente del oído”, explica la profesora Hall. Los primeros experimentos con el AUT00063 han dado resultados positivos.
El cerebro descifra lo que el oído capta, pero a veces, como ocurre cuando se tiene tinnitus, llena los huecos si no recibe datos suficientes. Como el nervio vago se encarga de transmitir los sonidos del oído al cerebro, los investigadores esperan poder usar esa vía para readiestrar al cerebro respecto a lo que es real y lo que no.
En el pecho de la persona aquejada se implanta quirúrgicamente un pequeño dispositivo de estimulación del nervio vago (VNS, por sus siglas en inglés), que luego se conecta con ese nervio.
Conforme se emiten distintos tonos dentro del rango auditivo real del usuario a través de unos auriculares, el dispositivo estimulador envía señales eléctricas leves al cerebro. El objetivo es que, con el tiempo, este se “reprograme” y sea capaz de distinguir los sonidos reales de los tonos falsos generados por el tinnitus.
Actualmente se están realizando ensayos clínicos del dispositivo. Los informes de las pruebas preliminares muestran resultados alentadores.
El mecanismo neurofisiológico que interviene en la estimulación magnética transcraneal de baja frecuencia (TMS, por sus siglas en inglés) es muy parecido al que entra en juego en los dispositivos VNS.
Con la guía de imágenes cerebrales escaneadas, se colocan grandes dispositivos magnéticos en puntos específicos de la cabeza a fin de reprogramar la forma en que el cerebro procesa el ruido fantasma. Cuando funciona, la TMS produce resultados sorprendentes.
“La mayoría de las personas que responden a este tratamiento informan sobre mejoras incluso al cabo de dos, tres o cuatro años”, dice Berthold Langguth. Sin embargo, sólo un 10 por ciento de todos los pacientes tratados con esta técnica experimentan progresos notables; entre 30 y 40 por ciento presentan mejorías leves.
Langguth y otros neurocientíficos siguen trabajando para aumentar la eficacia de la TMS y hacer que beneficie a un mayor número de personas.
A Justus Bennet, el defensor sindical de Estocolmo, como a muchas otras personas aquejadas de tinnitus, se le prescribió usar auxiliares auditivos para tratar la pérdida de audición en ambos oídos, pero no se le ofreció ningún tratamiento específico para combatir los acúfenos.
Sin embargo, no tendría por qué ser así ni para él ni para otras personas que padecen esta afección. Si el médico te dice que nada puede hacerse para tratar el tinnitus, no te resignes y sigue buscando opciones de tratamiento. Incluso podrías darle al doctor una copia de este artículo para que la lea.