Mientras en Estados Unidos se celebra el Día de la Marmota, en México celebramos el Día de la Candelaria, una festividad llena de sabor y tradición. Esta tradición dicta que quien encuentra el Niño Dios en la rosca de reyes debe ofrecer tamales el 2 de febrero. Pero, ¿cómo se ha convertido esta práctica en algo tan arraigado en nuestra cultura?
La historia del Día de la Candelaria en México es un fascinante ejemplo de sincretismo cultural. Se festeja el 2 de febrero en conmemoración a la Virgen con el mismo nombre, nace en las Islas Canarias, España; donde se festeja con un desfile militar ante el Presidente y el Rey, la fiesta se extiende por varios días y se realiza en la Basílica de la Virgen de la Candelaria.
También se dice que se festeja exactamente 40 días después de Navidad -es decir, el 2 de febrero- y es debido a que, en ese día, la Virgen se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas a la Iglesia para que estas fueran bendecidas.
Los españoles trajeron esta festividad a la Nueva España y lo utilizaron como una herramienta para la catequización (instrucción de la religión católica) de los indígenas. Además esto se fusionó con las tradiciones prehispánicas relacionadas con la agricultura.
De acuerdo a la UNAM, para los antiguos mexicas, febrero era la época más seca del año. En este contexto, celebraban a Tláloc y Chalchiuhtlicue, deidades del agua y la vida, con ofrendas de mazorcas de maíz para asegurar una buena cosecha.
Con la llegada de los españoles, las velas del Día de la Candelaria se unieron a las ofrendas prehispánicas, creando una nueva tradición. El maíz, elemento central de la cultura mexicana, se convirtió en la base de los tamales que hoy disfrutamos en esta festividad.
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A lo largo del siglo XIX, la celebración del Día de la Candelaria se consolidó como una tradición nacional. El componente religioso, aunque todavía presente en algunas comunidades, se ha visto opacado por el gusto por los tamales y las reuniones familiares.
También es tradición vestir al Niño Dios en esta fecha, los trajes han ganado una gran popularidad, ya que van desde el típico traje blanco hasta de doctores, maestros, futbolistas, etc. Y una vez vestido se lleva a bendecir, esto para la prosperidad de la familia. ¿Pero cómo surgió esto?
En los inicios de este festejo, la gente acostumbra a llevar a bendecir sus velas o candelas, pero a partir de los años 50 comenzaban a bendecir a los niños Dios.
Desde 1960 se comenzó la costumbre de vestir al Niño Dios, con un ropón blanco y acostado en un canasto rodeado de velas, y para la siguiente década se acostumbra a vestirlo con varias advocaciones.
El Día de la Candelaria es más que una simple celebración gastronómica. Es un reflejo de la rica historia y el sincretismo cultural que caracteriza a México.
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