Diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, la triada fatal
Todo inicia con los kilos de más, después vienen las peligrosas alteraciones en los niveles de colesterol, triglicéridos y azúcar en la sangre.
Todo inicia con los kilos de más, después vienen las peligrosas alteraciones en los niveles de colesterol, triglicéridos y azúcar en la sangre. El cuerpo entra en un estado de permanente inflamación que poco a poco va dañando las arterias grandes y pequeñas hasta que un día aparecen las enfermedades cardíacas (por el daño a las arterias grandes) o los problemas de visión como la retinopatía (por el daño a las arterias pequeñas) y con ellas una calidad de vida deficiente o muerte prematura.
México ocupa el primer lugar mundial en adultos con sobrepeso, así que mientras la expectativa de vida crece en el mundo, en el país se registra un incremento de la mortalidad en personas entre 30 y 69 años por complicaciones relacionadas a una o más enfermedades crónico degenerativas.
En México, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Más del 40 por ciento de los pacientes con problemas cardiovasculares está en riesgo de sufrir un infarto, embolia o problemas vasculares periféricos.
El inicio a edad temprana de la diabetes es más frecuente en México que en cualquier otro país. El problema más grave es la diabetes, pues es la principal causante de enfermedad renal, de ceguera y de alteraciones en la retina y de amputaciones no traumáticas. Además, las personas que viven con diabetes tienen de dos a tres veces más posibilidades de morir por problemas del corazón.
La diabetes, además, está fuertemente ligada a la hipertensión, y en México casi el 37 por ciento de la población presenta hipertensión arterial. El 50 por ciento de los hipertensos serán diabéticos y viceversa.
Y si el panorama ya es desalentador, aún faltan las alteraciones metabólicas del colesterol. El porcentaje de hipercolesterolemia en la población mexicana es del 43 por ciento.
El 56% de los problemas cardiovasculares se atribuyen al colesterol elevado.
El doctor Abel Pavía López llamó a tomar conciencia sobre esta situación. “Los mexicanos no han hecho una conciencia clara, no se toman las medidas para cambiar los estilos de vida, además de que se ha fallado en la detección oportuna, la gente debería ser diagnosticada en la etapa de prediabetes”.
También puntualizó la importancia de los cuidados desde la gestación. “La diabetes no empieza en la infancia, la susceptibilidad de las enfermedades viene desde que la madre está gestando”.
Pavía López recordó la mortalidad precoz que se vive en México. Gente joven y productiva está muriendo por infartos o tienen una calidad de vida deplorable. “El 85 por ciento de las personas que viven con diabetes fallece por eventos macrovasculares, es decir, por infarto al corazón o infarto al cerebro. El panorama no es nada halagador, pero conocer estas cifras ayuda a tratar de buscar soluciones”.
Marco Antonio Alcocer Gamba, cardiólogo intervencionista en el Instituto del Corazón de Querétaro y vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología, destacó que es necesario un abordaje integral por medio de diferentes especialistas que complementen el tratamiento de las comorbilidades que un paciente puede tener, sobre todo porque se estima que aún con tratamiento óptimo, el 40 por ciento de los pacientes no alcanza las cifras recomendadas de colesterol.
Actualmente existen tratamientos que incluyen alirocumab, fármaco que permite que el 99 por ciento de la población en riesgo alcance los niveles óptimos de colesterol (<70 mg/dL) y reduzca el riesgo de eventos cardiovasculares mayores.
El especialista puntualizó que las enfermedades crónico-degenerativas no son curables, sino controlables y disminuyen la expectativa de vida en 15 años, en especial la diabetes, así que el apego al tratamiento es vital.
Hay 9.4 millones de mexicanos mayores de 20 años de edad con diabetes, y el 46.4 por ciento, no toma medidas paras evitar o retrasar las complicaciones de la enfermedad, se tiene que hacer un cambio real en el estilo de vida, lo que implica el comer mejor, más sano, en menos cantidad y hacer ejercicio de manera cotidiana.