Salud

¿Dieta y estado de ánimo van de la mano?

Hay numerosas razones por las que comemos aparte del hambre, y tener exceso de peso no es sólo falta de disciplina o fuerza de voluntad. Cuando comemos por aburrimiento o debido a un malestar emocional, caemos en lo que se denomina “alimentación emocional”. Normalmente, consumimos cantidades excesivas de productos alimenticios azucarados, salados o grasos, que siempre tienen muchas calorías. Así que sí, la dieta y el estado de ánimo están estrechamente relacionados.

La alimentación emocional

Depender totalmente de la comida para llenar vacíos o evitar sentir emociones, puede volverse en nuestra contra. Lo que resultó adaptativo en un momento muy determinado de nuestras vidas, ahora puede traernos muchas consecuencias negativas como por ejemplo, aumento de peso, colesterol, diabetes, culpa, obsesiones y sentimientos negativos, entre otros.

Estas son algunas de sus características. Revísalas bien y pregúntate honestamente si has experimentado alguna de ellas.

  • El hambre emocional aparece repentinamente, mientras que el hambre fisiológica surge gradualmente.
  • Existe un deseo urgente de tomar un alimento específico; el chocolate es el más común.
  • A menudo, el deseo de comer desaparece si buscas una actividad que te distraiga (por ejemplo, caminar, bailar, leer un libro). Eso no ocurre con el hambre fisiológica.
  • La persona muchas veces no logra parar de comer, aun cuando ya está satisfecha.
  • Esa compulsión es seguida de sentimientos de culpa y frustración.

¿Qué hacer?

Primero que nada, no hagas dietas extremas. Solo generan ansiedad e insatisfacción.

  • Consume alimentos ricos en triptófano, magnesio, y carbohidratos complejos. El triptófano es un precursor de la serotonina (responsable de la sensación de bienestar).
  • Las técnicas de meditación y relajación ayudan mucho.
  • Haz actividad física regular.
  • Duerme lo suficiente.

Ansiedad por comer

La ansiedad por la comida es la manera que tiene tu cuerpo de decirte que necesita equilibrio.

Si piensas constantemente en comida o calmas tu ansiedad picoteando es momento de que descubras qué es lo que necesita tu organismo y dárselo.

Al satisfacer tus antojos, tan solo estás poniendo un parche a tus carencias. Así que si has llegado hasta aquí es hora de que puedas resolver tu ansiedad de raíz.

Identificar por qué la comida tiene tanto peso en tu vida será el primer paso para dejar de responsabilizarla y descubrir nuevas herramientas en ti.

La dificultad de hacer dieta

Desde la infancia, algunos tipos de comida son considerados recompensas: “Si te comes el brócoli, te ganas un helado después…”. Eso genera un vínculo fuerte y difícil de romper. Cuando la persona está estresada, ansiosa y aburrida, busca la compensación oral.

La etapa inicial consiste en reconocer la aparición de este fenómeno. Un enfoque probado y eficaz consiste en llevar un diario de alimentos, anotando no sólo lo que comes, sino también cuándo y cuánto. Esta estrategia permite comprender los patrones de comportamiento para poder aplicar el cambio.

Si te cuesta seguir un plan de comidas para perder peso, no tienes por qué avergonzarte. Todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Busca el apoyo de familiares y amigos. Si no te traen helado, chocolate u otras golosinas a casa, te resultará mucho más fácil. Llama a un amigo y sal a dar un paseo cuando sientas que el ansia de chocolate te está volviendo loca. Busca a un miembro de la familia para charlar sobre cualquier cosa que no tenga que ver con la comida.

Si vas a sucumbir, en vez de devorar un paquete entero de galletas rellenas, toma una sola y saboréala de verdad. Recuerda que el proceso de reeducación es exactamente eso: una secuencia de acontecimientos, algunos buenos y otros no tanto.

Opciones de ayuda

Mas de 40% de las personas necesitan apoyo profesional. Existen varias técnicas excelentes, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de resolución de problemas, la terapia de atención plena, las estrategias motivacionales y las técnicas de fijación de objetivos.

Terapia cognitivo conductual

Es un enfoque con énfasis en el presente, que evalúa y actúa correlacionando pensamientos, sentimientos y comportamientos.Comprender los patrones de pensamiento que conducen a acciones autodestructivas y las creencias que dirigen estos pensamientos es la clave para modificar dichos patrones.

El individuo es responsable de monitorearse (por medio de registros escritos acerca de su ingesta diaria de alimentos) sobre los episodios de compulsión y los eventos desencadenantes.

Estos datos son muy útiles en la elaboración de la planeación y de los ajustes terapéuticos. El objetivo principal es disipar ideas erróneas sobre los hábitos alimentarios, el peso y la imagen corporal. Esta forma de terapia se desvía de la psicoterapia tradicional en que se centra en los problemas y se orienta hacia los objetivos.

Se trata de una intervención que exige la colaboración activa del individuo.

Terapia de atención plena (mindfulness)

Se trata de una combinación de técnicas para promover la concientización del cuerpo, entre ellas la práctica regular de la meditación; esta busca la integración de la mente y el cuerpo, se basa en la vivencia del momento presente y se asocia a la concientización plena e imparcial de uno mismo. Las principales técnicas de meditación utilizadas son las siguientes:

  • La “atención plena o consciente” en la respiración
  • El “escaneo corporal” (técnica relativamente similar a la relajación muscular progresiva)
  • La caminata meditativa
  • El yoga con atención plena, que se utiliza de acuerdo con posturas corporales consideradas leves.

Metas realistas

Un obstáculo mental importante para perder peso es el deseo de la gente de deshacerse rápidamente de un gran número de kilos. Quizá haya que culpar de ello a la sociedad, que propaga la gratificación instantánea. Es crucial tener en cuenta que el aumento de peso no fue el resultado de las acciones de un solo día, y del mismo modo, la pérdida de peso tampoco ocurrirá de la noche a la mañana.

En realidad, todas estas dietas que ofrecen una pérdida de peso rápida sólo conducen a la pérdida de líquidos y músculos. Ten siempre presente que el objetivo debe ser el de priorizar una alimentación sana, un aumento de la actividad física y una mejor salud general.

¡Bajar de peso es un premio adicional!

Con información de GB

Staff

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