El ser humano no se extinguirá. Somos muchos y cada vez más. ¿Por qué sentirte obligado a tener hijos, cuando puedes tener animales?Te recomendamos: Creencias populares entre perros y gatosA diferencia de la mayoría...
A diferencia de la mayoría de las especies, el hombre parece carecer de un control poblacional natural. En donde hay muchos, puede haber más, y con una sobrepoblación viene siempre una lucha por recursos en la que algunos sufrirán y otros aprenden a vencer.
Hoy, en las grandes ciudades, surge una nueva respuesta a la sobrepoblación y la lucha por los recursos que algunos le han llamado: familia DINK.
Recursos al doble, menos gastos
Formar, temporal o permanente, una familia DINK significa tener el doble y gastar menos. DINK es el acrónimo para Dual Income, No Kids (Dos Ingresos, Sin Hijos) y ha sido una respuesta a los retos de estas sociedades modernas, en donde lograr proveer los recursos necesarios a todos los miembros de una familia grande es cada vez más difícil.
Dos Ingresos, Sin Hijos significa que ambas personas trabajan no porque el dinero apriete o urja, sino porque así lo quieren hacer. Hay más recursos, hay más espacio, se pueden concentrar más en tareas que se complicarían al tener que cuidar a los hijos y no consideran la reproducción como un paso necesario de la vida.
Y la familia crece
Sin embargo, las parejas o familias DINK enfrentan un problema que no es menor: la compañía.
Aunque pareciera obvio que al vivir dos individuos juntos hay compañía permanente, la realidad es que la lucha laboral hace que, muchas veces, el tiempo que uno pasa con el otro se vea disminuido.
Para ello, muchas familias DINK añaden una especie de hijos que requieren menos recursos y espacio que los habituales. Claro, me refiero a los animales de compañía. Gathijos y Perrhijos se vuelven cada vez más populares ante la decisión responsable y pensada, o la imposibilidad física, de tener hijos humanos, creando una nueva modalidad de familia: la familia DINK-IA, al sumar Indoor Animals (animales que viven dentro de casa), lo que implica que se trata de más que una “mascota”, como lo veían generaciones anteriores que incluso podían hacerles vivir fuera, en balcones, azoteas o patios.
Las ventajas de una DINKIA
Sustituir a los hijos humanos por hijos animales, puede ofrecer muchas ventajas. Aunque deben ser vistos como compromisos a largo plazo: ninguno de los dos animales más populares rebasan la expectativa de 20 años, lo que hace factible reajustar el camino de una vida humana que, en promedio, triplica ese periodo.
Los recursos que requieren, aún con un cuidado óptimo, son muchísimo menores que los que requerirá un ser humano. El espacio, ni se diga. Aún otorgando el adecuado y sobrado, ambos ocupan entre la mitad y un tercio de lo que necesita un ser humano, y al aumentar el número de animales no se tiene que multiplicar por el número de individuos, pues normalmente se acoplan a dormir juntos o cerca sin pelear “por su propio cuarto”.
Cada vez hay más servicios especializados para cuidarlos de manera adecuada cuando uno viaja o se ausenta por cualquier motivo y se puede monitorear su buen estado de salud en vivo.
En realidad la limpieza o suciedad que generan es relativa a como sus papás lo manejen, pero sin lugar a dudas, un animal genera no más del 10% de desechos y basura que lo que un humano producirá.
¿Ropa, calzado, accesorios, educación? Hay de todo y para todos, pero realmente el 99% de esas cosas se adquieren más por gusto de los padres, no porque el animal lo necesite o, mucho menos, demande.
¿Pero acaso la reproducción no es un acto necesario en las especies?
De hecho no. En la naturaleza no se reproducen todos los miembros de una familia, sino usualmente sólo los más aptos. Muchas especies de cánidos, felinos, ungulados y simios, forman grandes grupos “familiares” en donde sólo algunos miembros se reproducen, y los demás cuidan a las crías: una estrategia natural para tener siempre individuos genéticamente aptos y controlar la sobrepoblación de la especie, lo que pondría en riesgo los recursos de la zona.
Las familias DINKIA representan una respuesta de la sociedad del nuevo milenio a condiciones de vida más complicadas. La especie humana está muy lejos de estar en peligro de extinción y por ello, los hijos humanos son también una decisión, no una necesidad. No se tienen porque “deban tenerse”, sino porque así se quiere. Lo mismo puede ocurrir con una familia que ve en sus amigos, a sus hermanos; y en sus animales, a sus hijos.
Que vivan las familias… ¡TODAS!
El autor es Paco Colmenares, periodista, productor e investigador especializado en fauna silvestre y animales de compañía desde hace más de 10 años. Egresado de la UNAM, hoy dirige RedAnimalia.com. Síguelo en: @pacocolmenares