¿Eres de los que ama celebrar su cumpleaños a lo grande o de los que prefieren que ese día pase completamente desapercibido?
Personalmente, no soy fan de festejar mi cumpleaños. Bueno, ahora no. De niña, recuerdo que simplemente pensar en la fecha me provocaba gran emoción, además del pastel, los regalos, etc. Sin embargo los años pasan, y te conviertes en un adulto joven y las responsabilidades comienzan a llegar. Entonces, organizar tu propia fiesta comienza a convertirse en un martirio lleno de gastos y estrés.
Y no, no es que sea una persona súper hater que no sea capaz de celebrarme a mí misma. Por supuesto que he tenido grandes cumpleaños, así como amigos y familia con quien pasarla bien. Y siempre que se acerca la fecha mi niña interior se emociona, pero hay algo relacionado al día que también me causa cierto conflicto y una pequeña dosis de ansiedad.
Tu cumpleaños es una oportunidad única para celebrar tu vida y logros. Ya sea que te emocione el simple pensamiento de una fiesta o prefieras una jornada tranquila, hay algo especial en el hecho de que completas un año más en este mundo.
Así que, si eres un poco como yo y le huyes a las celebraciones, más adelante te comparto algunos tips para que dediques un tiempo para hacer algo especial en tu día(no implica hacer fiesta, ni nada de eso). Además de algunos casos por los que la gente, –no sólo yo–, tiene cierta apatía por los cumpleaños:
No es que no disfrutes con una buena fiesta, simplemente no te gusta ser el centro de atención. Te pone nervioso que tu teléfono suene todo el día, que no agradezcas los mensajes por obligación y que tantas felicitaciones te resulten abrumadoras. No es que no aprecies el esfuerzo de tus seres queridos para que pases un día increíble, es que es demasiado para ti.
La idea de planear alguna clase de festejo te provoca dolor de cabeza. Cada año piensas “este será el cumpleaños en el que me la pase increíble”, pero nunca lograr descifrar qué hacer para que sea especial. Piensas en el plan perfecto, pero una voz en tu interior te dice que nadie va a querer ir a ese lugar y cambias de opinión una y otra vez.
Empiezas pensando que organizar una fiesta es una gran idea, pero luego llega el horror de darte cuenta de que está repleta de gastos y estrés. Antes del evento, pasas días comprando cosas, contratando servicios e invitando a gente. El día de la fiesta, la mañana pasa mientras te apresuras a limar los últimos detalles, para finalmente recibir a tus invitados. Al final, la noche se llena de interminables e insignificantes charlas y algunas dosis de estrés al asegurarte de que todo el mundo se lo está pasando bien. Al día siguiente, te das cuenta de que todo el mundo, excepto tú, disfrutó de tu fiesta, y encima has gastado más de lo que debías y tienes un desastre que limpiar. Anfitrión: 0 – Fiesta: 1.
Por más que intentas descrifrar la ciencia detrás de festejar un cumpleaños, no lo entiendes. Te parece un día más en el calendario. Sí, te estás haciendo un año más viejo, pero no encuentras el motivo para festejar. Lo vives como cualquier otro; no lo odias, pero tampoco lo disfrutas.
Celébrate a ti mismo para agradecer por el milagro de tu existencia y reconocerte por los logros que has obtenido, por los obstáculos que has superado y por el crecimiento que has tenido a lo largo de tu vida.
Dedica un tiempo para estar solo contigo y celebrar tu cumpleaños. Sal a caminar, ve a tu cafetería o restaurante favorito y consiéntete con lo que más te guste comer y beber. Aprovecha este tiempo que te vas a dedicar para hacer algo que realmente disfrutes, sea lo que sea. Haz que ese momento sea una cita especial contigo mismo.
Es habitual hacer propósitos o fijarse metas y objetivos cada vez que empieza un nuevo año; y tu cumpleaños es tu año nuevo personal, así que puedes reflexionar sobre el año pasado y soñar con lo que quieres experimentar o conseguir en el ciclo que empiezas.
Piensa dónde está tu vida en este momento y adónde te gustaría ir a partir de ahora. Y no olvides tomarte un momento para agradecer tu vida y lo que has experimentado hasta ahora, por las alegrías, los logros y las experiencias de aprendizaje, así como por todo lo que has superado y las experiencias vitales que te han llevado hasta donde estás ahora.
Regalarte algo especial es una forma de celebrarte a ti mismo; y no es necesario que sea algo costoso ni complicado, sino que basta con que sea algo que te guste y te haga sentir bien, como algo de ropa, unos nuevos zapatos, un perfume, una ida al cine o al teatro, una sesión de spa, o cualquier otra cosa que te haga feliz.
La forma en que elijas celebrar tu cumpleaños depende de tus preferencias personales y valores. Ya sea con una gran fiesta, momentos tranquilos de reflexión o una combinación de ambos.
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